Aire y carne
Mudos de tan vacíos
portaba unos ojos de abismo la viuda más hermosa
ciegos de tan luminosos
sin un gramo de dolor
sin una lágrima
dejó de existir el amado mucho antes de haber muerto
también era ella un sepulcro palpitante
la serenidad de una explosión le adornaba los labios
debajo de mis palabras está la certidumbre de la nada
delineó sus párpados con la misma lentitud de cada mañana
el aire sigue siendo aire y el deseo carne
ahora que ya no estás puedo volver a amarte
gritabas menos cuando no eras silencio
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