Cien años


(2006, enero)



Se tiñe toda música

de sabores más intensos…

por cien años te he mirado,

tras los cuales todo ha sido derruido

y no importa.



Edificios, centros comerciales,

religiones, guerras, mundos yacen

alrededor nuestro, en pedacitos

y no importa.



Vuelvo a mirarte.

Permaneces gloriosa y fantástica

como cien años atrás,

y me aterra,

confundido entre la herrumbre,

ser frente a ti un despojo más.



Tu mano sobre mi hombro... terremoto.

Terremoto que destruye mi andamiaje de palabras,

y son las tuyas que me sostienen ahora.

Pero ¿cómo asesinar esta incertidumbre

en mi subsuelo?

Si me enseñas a bailar

al ritmo de tus labios, gloriosos y fantásticos,

sepultaré esta nube de fantasmas

que me rondan

y podré vivir, a pesar de todo,

cien años más.



La música que tiñe el aire

es ya de sabores hipnotizantes,

psicotrópicos.

Pero ahora que no te miro

qué más da...


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