Guam y la chingada



Me encontré un blog dedicado a describir todas las desventajas de vivir en Guam o visitar la isla. El autor del blog es  .
Lo encontré por casualidad.
Me llamó la atención porque Guam es el nombre de un dolor psicosomático que aqueja mi vientre desde hace seis años y por entonces me realizaron un ecosonograma en busca de qué chingados pasaba conmigo, pero el técnico no encontró alteración alguna en mi organismo y los médicos dijeron que todo bien, que no me preocupara.
Es un dolor constante que por lo general no me angustia, como tener una espina enterrada a la que ya te has acostumbrado desde hace mucho porque qué chingados le vas a hacer, ya intentaste quitarla y no se puede. Algo así ha de pasar con quienes quedan con un pedazo de metralla dentro del cuerpo. Una vez, cuando era niño, conocí a otro que tenía un trozo de grafito de un lápiz enterrado en la frente y ya nunca se lo sacaron.
Después de seis meses de padecer el dolor inicial, que incluso me impidió trabajar durante toda una semana durante la época de mayor intensidad, decidí que se trataba de algún asunto mental y me propuse iniciar terapia con una psicóloga de las que compartían consultorios con mi amiga Racs, también psicóloga.
Su enfoque gestalt no me agradó y decidí cambiar por otra. Sin embargo, ahí con la gestalt fue donde descubrí a Guam porque me pidió nombrar aquello que me aquejaba, Di el primer nombre que se te ocurra, me ordenó, y Guam fue.
Estuve un tiempo haciendo la terapia con la otra psicóloga y desde entonces estoy consciente de pinche Guam, con altas y bajas, la mayoría de las veces siendo yo perfectamente funcional.
Tengo una escala de Guam que es uno de los momentos obligados de conversación con mi madre cada vez que nos llamamos por teléfono, una vez cada semana o cada dos, aunque ahora también la tengo en el whatsapp y nos manda mensajes de señora catequista a mí y a mis hermanas, burro por delante. Me pregunta que cómo está Guam.
La escala de Guam va del uno al diez y casi siempre está en dos o tres aunque, aquella semana que me impidió trabajar en 2012, llegó al nivel once el puto dolor hijo de su rechingada madre. Sólo de acordarme se me revuelve el estómago.
El blog que me encontré hace una pintoresca descripción de Guam como una isla dominada por los soldados estadounidenses y sus bases navales y aéreas, donde vive el pueblo chamorro, parlante de la lengua chamorra. Básicamente el autor del texto dice que Guam está de la chingada porque están incomunicados la mayoría del tiempo, tienen terremotos, tifones, automovilistas que atropellan gente impunemente, perros negros que son la delicia de los chamorros, abunda el desempleo y el favoritismo para la asignación de trabajos.
Lo más cagado del texto es que se repite con distintos títulos en múltiples entradas distintas del mismo blog y de otros linkeados desde la página y desde el perfil del autor.
Entre otros blogs linkeados por el autor, hay un par dedicados a fotografías eróticas de mujeres con poca ropa o semi desnudas. Las primeras entradas del blog están dedicadas, precisamente, a ese tipo de imágenes.
Todo esto ocurre unos días después de haberme encontrado, entre los archivos de mi cuenta de google docs, el registro de pensamientos automáticos que me pidió escribir la terapeuta no gestaltiana que me estuvo tratando en 2012 y me pregunto qué tanto es coincidencia, qué tanto es ocio, y qué tanto Guam tiene ganas de chingar nomás por chingar, como todos los terremotos y tifones y demás chingaderas que ocurren en aquella isla en medio del océano Pacífico.


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