Remedio para melancólicos

Siempre digo que lo mejor viene gratis. Eso lo aprendí cuando mis amigos trabajaban en Cinépolis y entrábamos de contrabando a las salas de cine a ver películas tontas. Pero todos los días viene a ser ratificada mi teoría por algún detalle que la reivindica, la hace vigente, ya sea una nube o una sonrisa no exentas de peligros.

¿Y todo esto porqué, de dónde sale el comentario de la gratuidad? Sencillo. Hoy me surtí de libros y no me costaron un quinto. Fui a la biblioteca a devolver un libro que había sacado para mi hermano, y como el muy ojete no se dignaba abrirlo y decidí mejor lo devuelvo, alguien más podría estar muriéndose de ganas por leer Los premios y encontrarse con el Octopato y sólo por tenerlo aquí se lo estoy impidiendo. Así, decidido como ya dije, llegué a la escuela y directo a circulación, donde se hacen las devoluciones de biblioteca y donde la señorita (la Güera le dicen, nunca he sabido su nombre) siempre me atiende con una sonrisa, pero esta vez su sonrisa me alegró todavía más con la noticia de los libros de regalo, están en un estante a la vuelta y puedes agarrar el que quieras. No me hubieras dicho, yo me puse a dar de brincos sobre todo cuando encontré un título que siempre quise leer en inglés: Remedio para melancólicos. Yo no sé por qué lo tradujeron así, cuando el título original es
, pero el caso es me puse contento muy contento tan contento que no me la creo. Ya extrañaba esos cuentos, le presté mi "Remedio" a Conchita la conversa y no me lo ha devuelto, ni lo ha leído. Al parecer las páginas de este tomo son tan viejas como el prestado, o más, lo dice el aroma cuando hojeas el libro y pones la nariz enfrente o debajo o sobre ellas, y te envuelve en historias estremecedoras. Curioso, el otro libro, el prestado y añorado, se lo robé a mi mamá porque no le gustaba nadita, gúacala decía ella, creo que todavía tiene su nombre escrito en las primeras páginas, pero adornado con un bonito "Nicanor Arenas" por ahí. Es como marcar territorio para que recuerdes no es tuyo el libro, es prestado.

Aunque por ahí está la propuesta de los libros libres, que recuerdo hace algún tiempo estuvo de moda y decían, dona tus libros aquellos realmente significativos para ti y así otros podrán participar de esa experiencia espléndida déjalos libres un libro guardado es un libro muerto. Mas cómo cuesta desprenderse de ellos. Se les extraña como el cabello recién cortado.

Tengo noticias muy importantes: y estoy aprendiendo a leerlas: en google reader: la herramienta para recibir actualizaciones: se guardan todas juntas para que no tengas que estar buscando en todas las páginas: te ayuda a ahorrar tiempo. Por lo menos eso espero porque yo siempre me distraigo cuando leo noticias, en cambio ya teniéndolas todas juntas, las distintas fuentes de información, aunque me distraiga siguen ahí y ordenaditas por orden de aparición. Bendito sea San Google, deberían hacerle un altar a su algoritmo.

No es que se me haya acabado el rollo, sino que mejor aquí le corto.

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