Cultura oscura en Guadalajara
2006, octubre
De entre las corrientes sociales, tal vez una de las más cargadas de
prejuicios, pero también una que adquiere cada vez mayor
importancia, se plantea el problema de los movimientos oscuros. ¿Se
trata de una cultura, una subcultura o una moda? ¿Qué opina la
sociedad tapatía acerca de quienes se identifican con esta opción
existencial? ¿Se trata de un movimiento integrado a la estructura
social? Será necesario comprender la evolución histórica de este
fenómeno para comprender su situación en la ciudad de Guadalajara.
El objetivo de esta investigación es representar las principales
perspectivas que se tienen por parte de la sociedad hacia los
movimientos oscuros en Guadalajara.
Cultura,
underground, contracultura, cultura alterna
Toda sociedad está conformada por distintos grupos y subgrupos que
conviven y se enfrentan dentro de ella, siendo la influencia que
éstos ejercen en dicha sociedad muy variable, y determinada por
muchos factores, como el número de personas que forman parte del
grupo, su clase social, el acceso que tienen a los medios de
producción, tanto económica como ideológica, la aceptación o
rechazo por parte del resto de la sociedad, entre otros. La
importancia de algunos de estos grupos llega a ser tal que pueden
considerarse como una cultura distinta. Hay que tomar en cuenta,
empero, que una persona puede ser considerada como perteneciente a
varias culturas distintas, lo cual en la actualidad es cada vez más
frecuente y más acentuado, debido a que los procesos de
globalización aceleran exponencialmente la rapidez de los medios de
comunicación, propiciando así la interacción de personas con
cosmovisiones muy distintas alrededor del mundo. Esto incide
directamente en el surgimiento de nuevas culturas (V. gr. la
cibercultura) y en la transformación de las ya existentes,
confundiéndose las fronteras que delimitan a una cultura y a otra.
La cultura ha sido siempre un concepto muy
controvertido, no existe un consenso respecto a su significado.
Edmond Cros (en R. de
Aguinaga, comunicación personal, 2005, Octubre 10) define
la cultura como
(…) el espacio ideológico cuya función objetiva consiste en
enraizar una colectividad en la conciencia de su propia identidad. Su
característica fundamental es ser específica: la cultura sólo
existe en la medida en que se diferencia de las otras y sus límites
vienen señalados por un sistema de indicios de diferenciación,
cualesquiera que sean las divisiones y la tipología adoptadas
(culturas nacionales, regionales, de clase, etc.). La cultura
funciona como una memoria colectiva que sirve de referencia y, por
consiguiente, es vivida oficialmente como guardiana de continuidad y
garante de la fidelidad que el sujeto colectivo debe observar para
con la imagen de sí mismo que de este modo recibe. La historia la
presenta, sin embargo, como el producto de tensiones políticas y de
contradicciones ideológicas, sin límites estables, modificados
incesantemente por nuevas tensiones sociales o históricas que
desembocan en remodelados fundamentales o en abjuraciones.
Para fines de esta investigación, y en base al concepto aportado
por Cros, se definirá la cultura como un grupo humano,
independientemente de su tamaño, que comparte un conjunto de
prácticas sociales a las cuales es posible considerar como una
unidad, y definidas por una ideología o cosmovisión particular.
Entre estas prácticas están el arte, la forma de vestir, la jerga
utilizada oralmente o por escrito, los gestos, entre otros elementos
que otorgan una identidad a la persona, un sentido de pertenencia al
grupo. Según Louis Althuser (en R. de Aguinaga, idem) la cultura
sólo existe en sus manifestaciones concretas, no es algo abstracto
sino algo palpable. Es importante aclarar que a pesar de que la
cultura existe como una estructura definida, cada individuo se
apropia de ella de manera diferente, de acuerdo a su psicología y de
acuerdo a sus circunstancias.
Toda sociedad es un sistema complejo y organizado de procesos
definidos que le permiten subsistir, aunque muchas veces esta
organización no es muy aparente o parece contradictoria. Como tal,
la sociedad necesita un mecanismo para detectar las fallas en el
sistema, y la dinámica social conduce a la formación de un aparato
autocrítico de sí misma, manifestado en grupos de intelectuales, de
disidentes, de reaccionarios, revolucionarios, aunque no está
limitado exclusivamente a los grupos. También hay individuos que
alzan su voz en oposición a las reglas sistema y las cuestionan.
Los inconformes. Todos ellos buscan llegar al fondo de la
problemática latente en la coyuntura en que se hallan insertos.
Luis Racionero (en Pacho 1997, Julio 11; Rogelio Villarreal, 2003,
Noviembre 9) apunta que en las sociedades actuales estos grupos han
sido incorrectamente llamados contracultura. El término proviene
del inglés counter culture, que hace referencia a un punto de
vista opuesto dentro de una cultura particular. No se trata de estar
en contra de la cultura a la que pertenecen, sino tener otra forma de
ver los problemas que enfrenta, se trata de hacer notar las fallas de
la maquinaria social.
También suele llamárseles subculturas o culturas underground
(subterráneas), pero estos conceptos también son incorrectos. En
cuanto a subcultura puede señalarse que el término es incorrecto
porque no están delimitadas por un espacio definido, como lo
estarían las culturas nacionales o las etnias, además que no hacen
una importante distinción de sus miembros de acuerdo a clase social,
o estatus económico. Las fronteras convencionales, es decir las
fronteras políticas o étnicas no determinan su extensión, no
significan mucho para este tipo de manifestaciones culturales. Por
lo tanto no pertenecen a una sola cultura, sino que se nutren de
todas aquellas en las que se desenvuelven. Con la denominación de
“subterránea” se hace referencia a una cultura que vive al
margen de la sociedad, que se mueve en la ilegalidad, que no puede
mostrarse abiertamente. En este sentido sí existen ciertos
prejuicios en contra de los miembros de la cultura oscura, sobre todo
en base a sus características exteriores, como se menciona más
adelante. Pero esta predisposición de la gente no impide que la
cultura oscura continúe creciendo. En cierto sentido la fortalece,
haciéndola atractiva para aquellos que sí buscan ir en contra de la
sociedad, sobre todo los más jóvenes, lo cual a algunos complace y
a otros disgusta. Como menciona Heriberto Yépez (citado en
Villarreal, 2003, Noviembre 9), “lo underground ya no puede existir
en un mundo dominado por los paparazzi y los hackers,
los mass media y los peep shows” ya que todo
se hace evidente y es difícil que un grupo permanezca con sus
actividades en el subsuelo sin que se tenga noticia de ello. Además
ha decaído considerablemente la represión que se aplicaba, por
ejemplo, en la década de los sesentas por parte del gobierno
mexicano y de los grupos ultra conservadores como MURO.
Existe un último concepto propuesto para designar a las corrientes
con un punto de vista “diferente” acerca de la sociedad. Se
trata de la cultura alterna, que parece salvar todas las
dificultades a las que están sujetos los demás conceptos
propuestos, evitando quitarles importancia a estos grupos culturales
y también calificarlos moralmente como negativos. Pero al adoptar
el concepto de cultura alterna se está implicando que existen
algunas culturas principales o normales, y las demás son una
solución por si a alguien desagrada. ¿No son alternativas todas
las culturas? ¿Quién obliga a un inmigrante a adoptar la cultura
del lugar donde reside? ¿No se trata de una decisión suya? Por lo
tanto, al parecer todas las culturas (en general) son alternativas,
además que, como ya se mencionó, se puede pertenecer a varias
culturas a la vez. Aunque pertenecer a una cultura también implica
cierto grado de aceptación por parte de la misma.
Origen histórico de los movimientos oscuros
Por el momento se adoptará, a riesgo de caer en algún estereotipo,
una definición de la cultura oscura que será mejor comprendida
tomando en cuenta todos los elementos de esta investigación.
Entendamos por cultura oscura aquella cultura alterna que tiene como
fundamento la muerte, tanto en la estética fúnebre y a veces
solemne, como en su ideología y sus prácticas sociales. La
formación de los movimientos oscuros tiene dos orígenes diferentes,
que se funden dando lugar al surgimiento de lo oscuro como cultura:
la fuente histórica y la fuente ideológica.
Históricamente la raíz de estos movimientos se encuentra en la
generación surgida tras la lost generation de los cuarentas,
la generación beat de los años cincuentas, que manifestaba
abiertamente su desencanto por la vida: “el hombre angustiado, que
va soportándose a sí mismo, mientras espera su muerte llevando a
cuestas el peso de su libertad” (Marroquín, 1975) era encarnado
por los jóvenes que habían presenciado la devastación de la
guerra, que habían abrazado el misticismo, el ecologismo, el
antimilitarismo, la lucha contra la censura, la relajación social y
la libertad sexual como forma de protesta ante la sociedad.
Sustentados por la filosofía existencialista que brotaba de Europa,
andaban por el mundo como si no pertenecieran a él. Fue el escritor
Jac Kerouac quien dio nombre a esta generación, utilizando el
término por primera vez en su libro On the road (Watts, M.,
2001), siendo este autor aún una referencia importante entre los
miembros de la “contracultura” actual. Se trata de un deseo por
ser algo más que la “máquina” autómata producida por el
sistema, mediante la exploración del “yo interno.
Por primera vez la juventud conformaba una fuerza social
considerable, ya que desde siempre habían estado “subyugados” a
la supremacía de los adultos en todo tipo de decisiones. Es cierto
que en todas las épocas la juventud se ha distinguido por su
cuestionamiento hacia las generaciones anteriores, pero nunca antes
habían logrado el poder y la influencia en la sociedad que obtenían
durante los cincuentas y sobre todo durante los sesentas.
Clellon Holmes (en Marroquín, 1975) describe de manera magistral la
esencia de esta generación:
Cualquiera que haya sufrido una guerra, cualquier tipo de guerra,
sabe que ser “beat” no significa tanto estar muerto de cansancio
cuanto tener los nervios a flor de piel; no tanto estar llenos hasta,
cuanto sentirse vacíos. “Beat” describe un estado de ánimo
despojado de toda superestructura, sensible a las vicisitudes del
mundo externo, pero insufrible de le banalidad. Ser “beat”
significa estar calado hasta los huesos de la personalidad, ver las
cosas desde lo profundo, ser existencialista en el sentido de
Kerkegaard, más que en el de Sartre.
Después la generación beat
se escindió en dos variantes: los
hippies y
los beatniks.
Mientras que los primeros optaron por un viaje interior
caracterizado por el pacifismo y el uso de drogas como medio de
exploración, los segundos se dedicaron a denunciar los vicios,
vistiendo de negro y de forma descuidada, incluso “sucia”,
tomando como estandarte la figura del Sputnik soviético, pues la
paranoica sociedad norteamericana veía en ellos, como en el Sputnik,
una amenaza latente. Opiniones más románticas indican que se les
llamaba así por ser los cosmonautas del espacio interior. Sea como
sea, los beatniks,
su mística y su apariencia son uno de los primeros esbozos de la
cultura oscura como tal.
En México los movimientos juveniles estuvieron
muy restringidos durante esa época, al grado que en los setentas
existían persecuciones en contra de todo tipo de jóvenes que se
salieran de los patrones convencionales, a la vez que estuvieron
influidos por los movimientos juveniles provenientes de otros lugares
del mundo. En los sesentas, el advenimiento de los hippies
en todo el mundo, conocidos en México como xipitecas
o jipitecas, había desencadenado
enfrentamientos constantes con las autoridades, principalmente porque
muchos de sus hábitos parecían desagradables al grueso de la
sociedad. Un hecho que marcó a la juventud mexicana de esa época
fue el festival de Avándaro (el Woodstock mexicano), que marcó
musicalmente a una generación. A partir de los años setenta, el
desarrollo de diferentes grupos culturales juveniles estuvo
íntimamente ligado al arte, especialmente a la música, que por otra
parte, debía ir despacio, tanteando el terreno, pues constantemente
eran encarcelados o golpeados por la policía quienes participaban en
tocadas y conciertos, para lo cual se crearon los llamados hoyos
fonqui,
donde los “chavos” se reunían casi clandestinamente a escuchar
música. En un principio se trataba del rock, que propulsó la
formación de una nueva clase de jóvenes inconformes: los punk.
Se considera que, por lo menos entonces, la base
del punk
sería una ideología anarquista y agresiva, que se reflejaba en la
vestimenta: pantalones rotos, pulseras con picos, botas pesadas,
adornos con cadenas y picos de metal; pero al contrario de lo que las
autoridades pensaban, esta agresividad generalmente no se traducía
en violencia, sino sólo en la apariencia exterior. Era una forma de
denunciar la corrupción del gobierno, de la religión, de la
sociedad en general. Musicalmente, el punk significó una importante
evolución del rock, que sentó las bases para nuevos géneros como
el gótico,
heavy metal,
dark wave,
ethereal,
funeral, death, black metal, doom, y
otros, que pueden identificarse con distintas variantes de la cultura
oscura.
Orígenes ideológicos de los movimientos oscuros
Los cimientos musicales estaban echados hacia
mediados de los ochentas, la música oscura se configuraba poco a
poco a través del surgimiento de grupos como Bauhaus,
Siouxsie and the Banshees, Dead can dance, e
incluso 4AD.
Entonces se formó lo que se conoce como la “vieja guardia
gótica”,
los primeros en adoptar el gótico como forma de vida en el mundo
moderno. En este punto es preciso hablar de la raíz ideológica de
la cultura oscura. En realidad no existe una sola, ya que las
distintas corrientes dentro de la cultura oscura presentan algunas
diferencias, pero una de las más referidas es el movimiento
situacionalista francés de 1860, en que los estudiantes y obreros se
vestían de negro y se pintaban los rostros de blanco, en señal de
que la sociedad los trataba como si hubieran muerto, los oprimía a
tal punto que no les permitía ser. Era una forma de protesta.
Hasta aquí pueden ya apreciarse algunos elementos recurrentes en la
formación de la cultura oscura, que emergen en la configuración
general de ciertos patrones. ¿Por qué considerar a esta cultura
como oscura?
Como ya se dijo, la cultura sólo existe en sus manifestaciones
particulares, y he aquí, entre estas manifestaciones, dos variantes
importantes a considerar para la respuesta a esta pregunta, que es
central en la comprensión de lo oscuro como cultura: el fondo y la
forma.
Forma: La
investigación en esta sección del trabajo tiene como fuente
principal la observación de miembros de la cultura oscura, así como
entrevistas con los mismos y escritos de algunas comunidades de
Internet cuyos autores permanecen anónimos. En cuanto a la forma se
repiten en general algunos patrones, por ejemplo de atuendo, con
variaciones que a pesar de ser diferenciables constituyen una unidad
aparente: la mayoría de los miembros de la cultura oscura siguen una
estética muy refinada y elegante, antigua, pero el vínculo común
es que tiene un tono mortuorio como el ya mencionado de los
situacionalistas franceses. Las prendas negras son el fundamento de
la indumentaria dark,
lo cual justifica en cierta manera este apelativo, pero no está
restringido al uso exclusivo de éstas. Se pueden combinar con
varios colores que hacen referencia a conceptos relacionados con la
dualidad muerte-vida (parte de la variante de fondo) como el rojo,
que remite a la sangre, el blanco, en contraposición al negro, el
morado o púrpura, de tradición vampírica. También las telas con
que las prendas son elaboradas constituyen algo importante,
intentando que éstas sean delicadas, finas, son telas como la seda,
terciopelo, gamuza, y algunas veces chaquetas de piel. Los cortes de
la ropa son muy propensos a imitar las formas de siglos anteriores,
parecidos a los de la era renacentista europea y hasta el siglo XIX,
con encajes, mangas en terminadas en forma de “V”, pantalones
ajustados y lisos, vestidos largos, ya sea muy cerrados o con
fenomenales escotes muy insinuantes, gabardinas largas e incluso
capas. Los accesorios también son un elemento importante, ya que
conllevan en sí algunos símbolos que dejan entrever la ideología
oscura: los anillos de plata con símbolos antiguos que remiten a las
épocas consideradas como oscuras como el medioevo, o los anillos en
forma de garra, que en cierta medida aluden al vampirismo; los
afiches y colguijes con representaciones egipcias o cruces (de
distintos tipos), esclavas de metal, como las antiguamente utilizadas
por la nobleza, o en su defecto pulseras de materiales industriales,
como plástico o metal, muchas veces con terminaciones en forma de
picos, que conllevan en sí una manifestación simbólica de
agresividad. En efecto, generalmente los miembros de esta cultura no
se comportan violentamente, es sólo una forma más de criticar a la
sociedad.
Manteniendo la tradición de los situacionalistas,
muchos de los miembros de la cultura oscura utilizan botas pesadas,
de uso industrial, que también pueden estar adornadas con picos o
con símbolos de los ya mencionados, aunque algunos prefieren
utilizar calzado más elegante. También es una práctica social
común para ellos el maquillarse los rostros. El maquillaje incluye
principalmente el color blanco, que se utiliza en todo el rostro
palidizándolo mórbidamente, delineados y sombras negras que
acentúan los rasgos fúnebres, labiales de color negro o rojo. No
es raro que utilicen el cabello largo, pero hay quienes prefieren
estilos (V. gr. el mohawk)
y colores parecidos a los de la época punk.
Entre los miembros de la “vieja guardia gótica”
los estilos son mucho más austeros, prefiriendo simplemente
(generalizando) pantalones de mezclilla y playera negros.
Todos los elementos antes mencionados del aspecto
exterior confieren a quien los porta un aspecto al cual la sociedad
no está completamente acostumbrada, y son considerados como oscuros
precisamente por la predominancia de ese tipo de tonos. En este
aspecto, se le da especial importancia al estilo artístico llamado
Gótico,
concepto utilizado por Giorgio Vasari para designar la tendencia
surgida hacia el siglo XII y posterior al Románico que encontraba
sus orígenes entre los godos,
aplicada principalmente a la arquitectura y escultura, cuyo apogeo
puede encontrarse en el siglo XIII. Los templos del estilo gótico
se caracterizan por sus enormes construcciones, generalmente con
terminación en forma de aguja, cuya oscura majestuosidad mística
buscaba propiciar el encuentro con dios, aquel dios lejano que la
cristiandad del final de la edad media había heredado. En la
escultura, subordinada a la arquitectura, se destacan figuras
mitológicas de monstruos imaginarios que sirven como protección y
adorno a los templos góticos,
las gárgolas, que a son un tiempo centinelas y encarnación perversa
de los miedos más profundamente humanos; y figuras naturalistas de
temas vegetales, como hojas para adornar los capiteles, pero sin
idealizar la naturaleza. En la pintura se destaca el detallismo de
los pintores flamencos del siglo XIII.
Fondo: Por fondo
se entenderá el sustento ideológico y el pensamiento filosófico
implicado en la cultura oscura. Es muy difícil separar el fondo de
la forma, dado que muchas veces se confunden, dejando los límites
entre ambos inciertamente delineados. Sin embargo ambos se
complementan, es por eso que el estilo adoptado por la cultura oscura
está íntimamente ligado al pensamiento de la misma, que gira en
torno a temas convencionalmente denominados “oscuros”: la
muerte, el mal, la melancolía, la soledad, el egocentrismo, el
dolor…
La mayoría de los miembros de la cultura oscura
reconocen una gran influencia en su vida del movimiento Romántico
del siglo XIX, pues los artistas Románticos estaban consagrados a la
exploración del sentimiento, sea cual fuere. Así, autores como
Johan Wolfgang von Goethe, Edgar Allan Poe, Mary Shelley, Ludwig van
Beethoven, Gustavo Adolfo Bécquer, Lord Byron, Charles Baudelaire,
René de Chateaubriand y los poetas malditos, Heinrich Heine… ¿Por
qué resulta tan importante el Romanticismo en este sentido? El
romanticismo encarna muchas de las aspiraciones, ideas y sentimientos
con los que el ser oscuro se siente identificado. Quizá sea de
ayuda mencionar algunas de las características psicológicas
manifestadas en el Romanticismo:
Se exalta el espíritu individualista, pues el
“yo” es colocado en una posición preponderante, un culto
espiritual al ego, dejando casi completamente de lado al resto del
mundo. Por ello el artista vive aislado y solo, pues su conciencia
de diferenciación del resto de las personas lo hace sentirse único,
llegando incluso a sentirse superior. El ser Romántico tiene una
ferviente sed de libertad, pues hasta entonces permanecían
censurados muchos de los sentimientos que asaltaban a su ser. Además
los románticos están desilusionados, no creen en la razón,
prefieren los temas relacionados sobrenaturales, mágicos y de
misterio, concediendo extrema importancia al sentimiento libre de
toda racionalización. Sufren una angustia metafísica del mundo, el
llamado weltschmerz
(dolor del mundo, mal del alma) romántico, pues al confrontar su
idealización del mundo, que han evadido, con la realidad, la abismal
diferencia les provoca un enorme dolor. La melancolía es un factor
importante en la vida de los románticos, quienes la mayoría
murieron muy jóvenes o por suicidio.
Manifestaciones culturales
Todas estas características coinciden con las preocupaciones y las
angustias de la cultura oscura, es por esto que sus miembros adoptan
considerablemente un individualismo exacerbado. No les importa mucho
el mundo, pues como ellos dicen, no le importan al mundo, que incluso
los ha matado obligándolos a reprimir su forma de pensar, pero sobre
todo, su forma de sentir. Por esta razón en un acto simbólico de
renuncia al mundo se revisten de oscuridad, no sólo externa sino
internamente.
La estética oscura adopta también otra particularidad: el
rompimiento con las reglas convencionales. Como un miembro de la
cultura oscura puede disfrutar lo aceptado convencionalmente como
bello, así mismo puede disfrutar lo convencionalmente tachado de
grotesco, o no estético. Lo grotesco es parte integrante de la
estética oscura, pues manifiesta el absurdo del mundo y muchas veces
el dolor provocado por éste: fotografías de personas vomitando,
cuerpos mutilados captados en las morgues, accidentes, suciedad,
enfermedad, relatos de muertes violentas, películas snuff. En
México, SEMEFO es un grupo musical característico de esta estética,
utilizada en sus presentaciones musicales (Eduardo Olivera, 2002).
La música oscura, como ya se dijo, es variadísima
de acuerdo a sus características, por ello no se tratará
profundamente, sino de manera general el tema. Las voces virtuosas
de músicos y cantantes graduados de importantes conservatorios no
son raras entre los exponentes de la música dark,
existe también el gusto por los instrumentos antiguos, estilos
célticos y sacros, adaptaciones de música sacra como himnos o
Kyries cristianos;
también pueden encontrarse voces tremendamente guturales, ya que
existe una tendencia musical a clasificar las voces de acuerdo a su
claridad: mientras que aquellas voces agudas pueden considerarse como
claras o blancas, las voces graves pueden considerarse como negras u
oscuras. Hay grupos que combinan ambos elementos creando oposiciones
deliciosas de claroscuros vocales a veces inimaginables. Así como
hay agrupaciones que buscan la melodía, existen otras que buscan
romper con toda armonía, y se caracterizan por una música agresiva
y pesada que para algunos puede resultar molesta.
Las letras de las canciones de grupos oscuros
tocan también todos los temas románticos antes mencionados.
“Nosotros percibimos la música como liberación del espíritu”
dice el pintor Alfredo Ruvalcaba, en entrevista privada. Ruvalcaba,
quien se define a sí mismo como dark,
expone sus obras los sábados en el Tianguis Cultural de Guadalajara,
y sus pinturas son una clara muestra del arte oscuro, plasmando en
ellas temas como la muerte y el amor desde una perspectiva muy
diferente a la convencional, utilizando para ello personajes
mórbidos, dolientes en algunas y alegres en otras. Además hace una
crítica a la comercialización y al consumo, pues utiliza el
concepto de “arte útil”, rompiendo además con los principios
económicos de producción en serie que nos convierten a fin de
cuentas en productos también: Alfredo Ruvalcaba acostumbra pintar en
playeras, que vende, y que pueden ser convertidas después en
cuadros, cuando haya terminado su ciclo de uso.
Otra forma de expresión utilizada por los dark
es el teatro, un teatro lóbrego que
busca también despertar los sentimientos en su público a toda
costa, recurriendo para ello a la interacción directa con la gente.
Esto es notorio sobre todo en una forma del teatro: el “performance”.
Los performances son actuaciones casi siempre individuales
(resaltando así los ideales románticos) que pueden prescindir del
escenario y que no requieren una exhaustiva planeación, pues la
característica principal de éstos es la espontaneidad, la
explotación al máximo de las posibilidades de improvisación, ya
que a diferencia del teatro convencional, que busca eternizar el
momento, el performance es efímero y busca precisamente la finitud.
En Guadalajara, durante la época de represión
por parte del gobierno, algunos jóvenes comenzaron a escuchar a
mediados de los ochentas algunos de los grupos post-punk que
originaron el movimiento dark
(<<Dunkel
Neim Von Under, 2005, Junio 28), así que desde un principio la
cultura oscura estuvo ligada al desarrollo musical en esta ciudad. A
ello contribuyó la creación de algunos grupos como Anubis,
Los Demonios de la Lengua,
Sociedad Secreta, Gladiatoria Clan, Kaja
Negra, entre otros, en los noventas,
con influencias de los grandes maestros de
dark-wave, pero que debido a diversas
circunstancias mantuvieron un alto nivel de inestabilidad e
incertidumbre (Dunkel Neim, idem. A 1994 sucedió un tremendo
incremento de darks,
debido principalmente a la presentación de grupos de corte
internacional como Love is colder than
death, London After Midnight y
Cranes. A partir de entonces surgieron
muchas bandas más como Depresión Azul
(que después cambiaría su nombre por
el de Angelique),
La Sangre de Alicia, Isenngard, Arpa de
Aura, Sueño de Luna y
Lumen, que simultáneamente
presenciaban el surgimiento de programas de radio dedicados
especialmente a esta música (Dunkel Neim, idem).
Ya antes se mencionó el Tianguis Cultural de
Guadalajara, pero no cuál es su importancia. Tal vez la relevancia
de este lugar y tiempo (ya que sólo se instala los sábados) sea su
función aglutinante, es decir que permite la interacción de todas
las culturas urbanas que permanecen “marginadas” de la vida
social. En efecto, ahí se pueden encontrar, sin temor a ser
juzgados, los miembros de las culturas dark,
jipi, punk, metalera, y muchas otras
que coexisten cotidianamente. Se presenta como una de las pocas
opciones para estar en contacto con miembros de la propia
colectividad y a la vez diferenciarse de otras colectividades,
cumpliendo así con las características de una cultura. Pero al ser
esta oportunidad periódica y no constante, además de no ser un
espacio propio, sino neutro para todas las culturas, el nivel de
interacción que puede producirse está muy limitado. También
existían algunos otros lugares que permitían la convivencia social
de los darks,
pero con el tiempo han ido desapareciendo de la ciudad y esto
manifiesta una crisis de la fuerza social de este grupo. Así
sucedió con “Les Fleurs du Mort”, un café en el centro de la
ciudad que se proponía ofrecer la alternativa aglomerante de la
cultura oscura.
Entre los miembros de la cultura oscura no se percibe una solidaridad
suficiente como para mantenerlos con mucha fuerza a lo largo del
tiempo, y esto puede ser explicado por los ideales de individualidad
adoptados del romanticismo, además de la gran cantidad de subgrupos
dentro de la cultura oscura.
Brevemente se mencionan las principales variaciones con sus
características:
Góticos: Constituyen tal vez el más amplio sector de la
cultura oscura, sus características generales son la elegancia y el
gusto por las formas antiguas. Algunos hacen distinción entre los
góticos y los dark, pero la mayoría de las veces esta
diferencia es muy imperceptible.
Dark Wave: Bajo esta clasificación serán incluidos los dark.
La principal diferencia estriba en que éstos tienen preferencia por
la música oscura de los ochentas, y si acaso algo más parecidos a
los Elder Goth.
Dark Fairy (hada oscura): Se desvían un poco de la melancolía
característica de los góticos, adoptando creencias sobrenaturales y
mágicas como las hadas.
Elder Goth: La ya mencionada vieja guardia gótica, algunos
con más de 20 años en el movimiento.
Gothabilly: Se hace una mezcla musical y estilística de
música gótica con el country, adoptando algunas prendas de cowboy.
Industriales: De aspecto rudo, con botas y elementos de metal,
o con picos.
Medievales o renacentistas: Adquieren formas de vestir
característicos de estas épocas.
Vampiros: Usan colmillos, garras de plata y ropas vampirescas,
además que la mayoría de ellos ha llevado a cabo prácticas
hematófagas ligadas al placer erótico, pero generalmente es en
pequeñas cantidades y con amigos cercanos.
Posers: Sólo adoptan la estética dark exteriormente,
como una moda. Son fuertemente criticados por otros grupos oscuros,
ya que muchas veces sólo permanecen adheridos al movimiento por un
corto tiempo para después separarse y decir que “superaron” esa
etapa de sus vidas.
Satánicos: Generalmente, la sociedad por sus prejuicios
acerca de la religión satánica que es comúnmente considerada como
perversa, clasifica como dark a los satanistas. Es por ello
que son incluidos aquí. Sin embargo los satanistas difieren
radicalmente de la cultura oscura, pues su énfasis no gira en torno
a la muerte, sino en torno a la vida. Los satanistas son seres
profundamente respetuosos de la vida y de la individualidad de cada
ser, pero su ética está profundamente basada en la venganza: sólo
si se transgrede el espacio individual propio se tiene derecho, tras
haber advertido al transgresor, de hacerlo sufrir despiadadamente.
Los satanistas, al contrario de lo que se cree, no adoran a una
criatura monstruosa antípoda de algún dios, sino que adoran al “yo”
y por ello buscan satisfacer todos sus impulsos vitales, que en
muchos casos son considerados como inmorales por la sociedad. El
Satán que ellos adoran es su propio yo, no un espíritu en
particular (Arturo González Aguilar, comunicación personal). Ya
que se menciona el aspecto religioso, cabe señalar que también hay
darks de muchas otras religiones o a-religiosos, como
católicos, budistas, taoístas, naturalistas, animistas y wiccas.
Esta clasificación resulta imprecisa en la práctica, ya que debido
al individualismo de los dark, en general muchos de ellos se
clasifican dentro de un grupo diferente a los ya existentes, además
que reclaman para sí mismos el honor de la originalidad, alegando
que todos los demás son posers. El problema se acentúa por
el hecho de que, como ya se dijo, cada persona se apropia de forma
diferente de la cultura, dándole mayor o menor importancia a ciertos
aspectos. Entre ellos mismos existe una división de opinión acerca
de qué es lo más importante, si el fondo o la forma. Por ejemplo,
Maya, una joven que también tiene un puesto en el Tianguis Cultural,
cumple con todas las características exteriores para ser considerada
como dark, pero no se considera a sí misma como tal. Lleva
quince años vistiéndose con muchas de las características ya
mencionadas de la mística oscura, pero no se considera como parte de
ella. Según Maya, en entrevista privada, el movimiento oscuro no
tiene fundamentos en este momento, y todos los que intentan
desesperadamente por caracterizarse así lo hacen por moda o por
rebelión, no por convicción. Pero, ¿no es este movimiento una
rebelión? Por otra parte, que una persona guste y practique esta
mística, esta forma de vida, ¿da a alguien el derecho para juzgar a
otra que también quiere experimentarla? A semejanza de Maya, muchas
otras personas que llevan una forma de vida muy parecida a la dark
se molestan si alguien los clasifica como tales.
Por sobre todo esto, los miembros de la cultura oscura están
concientes que su movimiento no cuenta con demasiada fuerza social,
al menos no tanta como para expresarse abiertamente sin algún
inconveniente. Además reconocen (o imaginan) que las nuevas
generaciones o kindergoths no son profundamente oscuros, que
no están completamente convencidos de esta forma de ser. Así, la
cultura oscura en Guadalajara se presenta tambaleante, pero existe.
A pesar de que los grupos de jóvenes que la integran no constituyen
una unidad como fuerza social, es decir que cada grupo actúa por su
conveniencia, existe algún vínculo que les permite continuar siendo
así sin ser apabullados por completo. La cultura oscura existe en
Guadalajara, pero no es una, y corre peligro, y a falta de más
espacios para mantenerla y difundirla, el futuro de la cultura oscura
se presenta incierto.
¿Cómo es juzgada la cultura oscura por la sociedad tapatía?
Es éste el punto central de la investigación.
Para responderlo se entrevistó a profundidad a cuatro personas
elegidas semi-aleatoriamente (entre personas presentes en el CUCEA y
comerciantes de la colonia Santa Margarita). Se eligió el Centro
Universitario CUCEA por su diversidad socioeconómica y cultural,
para tener acceso a opiniones distintas acerca del problema, y a los
comerciantes de la Colonia Santa Margarita para contar con un
panorama más amplio. Dado que la participación era voluntaria,
muchos comerciantes se negaron a acceder a una entrevista. Hubo
mayor cooperación en el centro universitario. Hay que aclarar que
dado que el investigador se considera miembro de la cultura oscura,
fue necesario, para realizar el trabajo, eliminar cualquier posible
intervención en la opinión de los entrevistados, comenzando por la
indumentaria, que de haber sido la que utiliza con regularidad habría
intimidado a los sujetos. Fue necesario exteriorizar el objeto de
estudio.
Por la duración de las entrevistas se puede
deducir que el tema de la cultura alterna entre los entrevistados no
es de mucho interés, y mucho menos el de la cultura oscura, que en
algunos casos encontró severas críticas. La principal estaba
basada en el prejuicio de la irreligiosidad o una perversión
espiritual enorme, según lo caracterizó la señora Patricia
Pacheco, comerciante de Santa Margarita, quien aduce la existencia de
la cultura oscura a Satanás, y toda su argumentación corre por la
misma vía.
Los estudiantes se mostraron más bien comprensivos de un fenómeno
social como la cultura oscura, externando comentarios de respeto la
mayor parte del tiempo, aunque algunos comentarios parecían indicar
que tenían, a pesar de todo, reservas hacia los miembros de la
misma, por su actitud “agresiva”, por lo poco común de la ropa,
etc.
En general, concordaron en cuanto a que el exterior no es la esencia
de un miembro de la cultura oscura, dándole mayor relevancia a la
ideología como definitoria de esta corriente social.
Sin embargo, la opinión está dividida en cuanto a las posibilidades
de convivencia entre culturas: por una parte, hay quienes sostienen
que es posible, e incluso enriquecedor, contar con estas expresiones
alternativas. Por otra parte, se condena definitivamente todo lo
relacionado con la cultura oscura desde un radicalismo religioso
teñido de intolerancia. Pero hay que tomar en cuenta que
Guadalajara es una ciudad donde la religión tiene capital
importancia para definir la vida social. Y como ya se ha explicado,
ni siquiera los satánicos son violentos por principio.
Tal vez la posición más rescatable, repetida afortunadamente en
varias ocasiones por los entrevistados, sea el diálogo intercultural
que sin duda enriquecerá ambas partes. Y a pesar de que actualmente
el movimiento oscuro no está tan firmemente asentado como para
salvarlo de turbulencias, su importancia se sigue incrementando, así
que lo más prudente sería una actitud comprensiva por parte de la
sociedad, pues como se dijo en principio, la cultura alterna no se
opone a la cultura “principal”, sino que sirve como proceso de
retroalimentación, de evaluación crítica, si se quiere. A pesar
de su fragmentación, se trata de una realidad latente cuya magnitud
se desconoce a ciencia cierta, y cuyos posibles alcances sería
interesante evaluar.
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