Rusia en el mercado global de armas
(Escrito en 2008, noviembre 20. Lo esencial sigue siendo válido, aunque hayan cambiado las circunstancias)
Rusia, una de las potencias nucleares, es también uno de los mayores exportadores de armas en el mundo, y como Estado proveedor de armas, todas sus decisiones están calculadas en base a intereses geopolíticos, económicos y estratégicos.
Crees
que la vida es incendio,
que
el progreso es erupción,
donde
pones la bala
el
porvenir pones.
No.
Rubén
Darío
Rusia, una de las potencias nucleares, es también uno de los mayores exportadores de armas en el mundo, y como Estado proveedor de armas, todas sus decisiones están calculadas en base a intereses geopolíticos, económicos y estratégicos.
La
política militar rusa ha estado sujeta a variaciones drásticas en
los últimos veinte años, y en este momento, si bien no ha logrado
consolidar esa industria, sí ha sabido usarla como instrumento de
presión y negociación internacional.
Antes
de analizar dichas políticas, es necesario hacer un recuento del
marco legal internacional y asentar algunos fundamentos teóricos del
juego de poder de las armas convencionales.
La
transferencia de armas en el sistema internacional
Interés
por las armas convencionales
Uno
de los mecanismos usados desde siempre por las entidades políticas
para la consecución de sus intereses es buscar el control de los
medios de combate. El Estado moderno, como entidad política suprema
y como monopolio del uso legítimo de la fuerza, ejerce ese control
dentro de la esfera de su soberanía, es decir, tiene poder tanto
para fomentar o limitar la posesión de armas entre sus ciudadanos,
como para producirlas, adquirirlas y venderlas, con tal de garantizar
su propia seguridad y subsistencia.
Aceptado
a nivel internacional, la defensa individual y colectiva es un
derecho de todo Estado, y este derecho está consagrado en el
artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, a fin de preservar
la -su- soberanía, la -su- seguridad (del Estado y de sus
habitantes) y la -su- integridad territorial, pero con el compromiso
de respetar los derechos humanos y la libertad, y promover la paz y
la seguridad internacionales, destinando la menor cantidad de
recursos posibles al armamento.
Sin
embargo, además que no existe una regulación definida,
pormenorizada y aceptada internacionalmente para la transferencia de
armas1,
sino principios generales de derecho sujetos a la interpretación
arbitraria de cada Estado, y declaraciones políticas de cooperación
que a lo sumo -y difícilmente- pueden considerarse como buenas
intenciones, por otra parte tampoco hay alicientes que motiven al
Estado a confiar en la buena fe de los demás. En otras palabras, en
el sistema internacional predomina la incertidumbre.
Esta
incertidumbre, tradicionalmente limitada por el tamaño y la
capacidad tecnológica de las fuerzas armadas, cambió a partir del
desarrollo competitivo de armas de destrucción masiva, tanto
nucleares como químicas y bacteriológicas, en un contexto de
oposición política y militar entre dos bloques económicos,
principalmente2:
liberalismo y comunismo, inscritos en la dinámica y las reglas del
sistema-mundo capitalista. Esto propició una doctrina militar
disuasiva de destrucción mutua asegurada, que incrementaba la
incertidumbre a la vez que transformaba el papel de las armas y
ejércitos convencionales, sin descartarlos, pero quedando en un
segundo plano con respecto a las armas de destrucción masiva, que
merecen un estudio aparte.
Entonces,
mientras que hubo un consenso internacional y tratados vinculantes
para la no proliferación de armas de destrucción masiva, en el tema
de las armas convencionales no los hubo3,
y así constituyeron una herramienta de presión complementaria.
Quizás los únicos acuerdos internacionales que limitan el uso de
armas no consideradas de destrucción masiva sean la prohibición de
minas antipersonales y de bombas de racimo, aunque por sus efectos
indiscriminados contra civiles y contra militares también es difícil
clasificarlas como armas convencionales.
Pese
a que el derecho internacional no contempla una regulación definida,
pormenorizada y aceptada internacionalmente, la tendencia de la
comunidad internacional es oponerse al comercio irresponsable de
armas pequeñas y ligeras, y se han firmado multitud de acuerdos
regionales y protocolos universales que pretenden evitar la venta de
armas con fines distintos a la defensa mínima (Escola de Cultura de
Pau, 2006, abril), pero los grandes productores de armas y los países
más industrializados siguen controlando la producción y
distribución de armamento a nivel mundial: el control da poder y el
negocio está en la masacre.
Objetivos
de la venta de armas
Según
William Hartung (2008, septiembre), cuya explicación de la política
de venta de armas de Estados Unidos puede aplicarse en general a los
países exportadores de armamento, la
transferencia de armas tiene como propósitos reforzar a los amigos e
intimidar a los enemigos, endulzar los acuerdos internacionales,
facilitar la cooperación de los aliados con las fuerzas de defensa
nacionales, sostener la base de la industria de defensa nacional y
otorgar ganancias adicionales a compañías clave. Así, la
transferencia de armas reúne motivos estratégicos, políticos y
económicos, como promover los intereses nacionales en los países
clientes.
Si
bien, Jimmy
Carter se manifestaba en contra de la venta de armas, diciendo que
ésta no se puede justificar mediante el argumento cínico de que
“racionando los medios de la violencia podemos [los Estados
Unidos], de alguna manera, controlar la violencia en el mundo” (W.
Hartung, 2008, septiembre), aun así incurrió en la distribución de
armas con fines políticos. Suponiendo que sus declaraciones fueran
sinceras, esta aparente contradicción se explica al asumir que un
jefe de Estado es un actor político amoral. Sus decisiones no
contemplan la ética, por lo que no puede anteponer la ética
personal a los intereses del Estado, y la consecución de estos
intereses incluye el uso de las armas con fines políticos, aunque
con ello se exponga al efecto bumerang.
El
efecto bumerang consiste en el peligro de que esas armas puedan caer
en manos enemigas, alentar conflictos internacionales en regiones
estratégicas y favorecer
abusos contra los derechos humanos, además que representan altos
costos en subsidios para el desarrollo de tecnología.
2008, noviembre 20
Actitud
internacional ante la transferencia
de armas
Los
Estados están concientes de ese peligro. Varios organismos no
gubernamentales, liderados por Amnistía Internacional, la Red
Internacional de Acción Contra Armas Pequeñas (IANSA, por sus
siglas en inglés) y Oxfam Internacional, trabajan en la campaña
Control Arms, que condujo a la creación de una comisión
internacional para elaborar un proyecto de Tratado sobre el Comercio
de Armas en diciembre de 2006, tomando en cuenta, como principios
fundamentales, permitir la transferencia responsable de armas a la
policía para la defensa y el mantenimiento de la paz, impedir el uso
de armas en perjuicio del desarrollo sostenible, para violaciones a
los derechos humanos, al derecho internacional humanitario. Tales
principios (Campaña armas bajo
control, 2006, enero):
son
una recopilación de las obligaciones de los Estados según el
derecho internacional y las normas relativas a la transferencia
internacional de armas y (…) reflejan numerosos instrumentos
internacionales de muy diversa naturaleza: tratados universales y
regionales, declaraciones de Naciones Unidas y de organizaciones
multilaterales o regionales y reglamentos que pretenden servir de
modelo para las leyes nacionales, entre otros. Algunos de los
Principios reflejan el derecho consuetudinario, mientras que otros
reflejan la evolución legislativa o mejores prácticas que van
adquiriendo aceptación general. Esta recopilación señala a los
Estados las mejores normas generales a adoptar para poder controlar
de forma efectiva que toda transferencia internacional de armas
convencionales se realiza según las normas de derecho establecidas.
El
31 de octubre de 2008, la Asamblea General de Naciones Unidas4
discutió y decidió apoyar la propuesta de negociar un Tratado para
el Comercio de Armas (UN members give go-ahead on proposal to curb
arms, 2008, octubre 31), con el respaldo de 147 de los países
miembros, pero Estados Unidos y Zimbabwe votaron en contra. El resto
de los Estados se abstuvo o estuvo ausente de la sesión. Se prevé
que el proceso de elaboración, negociación y adopción del tratado
llevaría al menos cinco años.
En
cuanto al control de armas y al desarme, tradicionalmente la
preocupación principal de los Estados ha sido la prevención de
conflictos armados, el establecimiento de seguridad internacional y
la limitación de los daños en caso de conflicto. Sin embargo las
cuestiones económicas y de construcción de confianza han cobrado
relevancia, llevando a la cooperación entre los Estados, que primero
establecen acuerdos generales a través de declaraciones políticas
de intenciones para después negociar.
De
cualquier forma, aunque este tratado se aprobara -y aun es probable
que muchos países no lo ratificarían-, la estructura de poder que
controla el flujo de armas en el mundo, con fines políticos y
económicos, no se vería modificada, y por tanto el tratado
carecería de efectividad. La adopción de tratados internacionales
no basta para lograr el control de armas en el mundo.
Papel
de los acuerdos para el control de armas
Según
Thilo Marauhn (Marauhn, T.; Ulfstein, G.; Zimmermann, A., 2007), la
entrada en vigor de los tratados de control de armas y desarme debe
ser considerada como el inicio del proceso, no como su culminación,
ya que su éxito se manifiesta en el cumplimiento de los acuerdos y
el reconocimiento mutuo de ese cumplimiento, por parte de los
Estados. Esto repercute en su implementación y su capacidad para
resolver los problemas de seguridad.
La
implementación, no obstante, es un tema relativamente nuevo, pues
históricamente se daba preponderancia a la toma de acuerdos. El
punto de referencia es la Conferencia de La Haya de 1899, enfocada en
la conciliación de disputas. En ese entonces la sola toma de
acuerdos era ya considerada el mayor logro, sin contemplar la
implementación, cumplimiento y verificación de aquellos.
Los
acuerdos para el control de armas eran percibidos como la culminación
de un proceso que transitaba de la resolución de disputas a su
prevención. A partir de la década de 1980 el elemento innovador fue
la figura de verificación como parte de un control cooperativo para
el cumplimiento de los acuerdos. Se dejó de lado el enfoque del
“todo o nada” y fue sustituido por uno de “nivel razonable de
acatamiento”.
Para
Marauhn (Marauhn, T.; Ulfstein, G.; Zimmermann, A., 2007), más que
un período de crisis en la actualidad, como lo plantean algunos
analistas, debido a la ausencia de negociaciones y de adopción de
nuevos acuerdos relativos a control de armas y desarme, éste sería
un período de consolidación de los tratados ya existentes.
Rusia
como exportador de armas
De
la URSS a la Federación Rusa: política militar y de transferencia
de armas
Hasta
1986, la Unión Soviética había subsidiado la transferencia de
armas a Estados prosoviéticos para mantener sus alianzas
estratégicas, y el gasto militar había ido en ascenso constante,
como parte de la competencia armamentista emprendida contra los
Estados Unidos. Los objetivos de la política soviética de control
de armas habían sido, hasta entonces, proteger a la URSS de la
amenaza de ataques de la OTAN, ya fueran nucleares o convencionales;
mantener el dominio soviético del Este de Europa; impedir el
resurgimiento del poder alemán y preservar el sistema bipolar.
Pero
en ese momento una serie de presiones llevó al sistema soviético a
la adopción de políticas liberalizadoras que debilitaron la
industria militar (Mike Bowker, en Kevin Wright, p 32, 2000): el
advenimiento de un posible colapso económico, evidenciado por tasas
de crecimiento en disminución; la frustración de los grupos jóvenes
del Partido, ante la ausencia de oportunidades de ascenso; la falta
de innovación tecnológica y la carga que representaba el complejo
militar industrial.
Gorbachov,
al llegar al poder, advirtió la necesidad de cambiar el papel de la
URSS en el sistema internacional para reestructurar la economía y la
política interior. Abandonó la carrera armamentista y relajó la
disuasión nuclear, asumiendo que la seguridad no era una tarea
meramente militar de la lucha internacional de clases, sino que la
función del ejército era prevenir la guerra. Wright (2000) califica
la doctrina militar soviética diseñada por Gorbachov como
“suficiencia razonable”5.
Así, la
década de 1990 atestiguó un declive en la industria armamentista
rusa.
Sin
embargo, desde que en agosto de 1998 una crisis financiera hizo
cambiar la política reformista que dejase de lado las armas, el
gobierno se mostró más interesado en inversiones de tipo militar6
(Ivan
the lethal, 2000, marzo 25),
y favoreció la cooperación con las antiguas repúblicas soviéticas
para restaurar los vínculos militares industriales, pues Rusia
estaba agotando su arsenal de reserva en aras de satisfacer la
demanda del mercado: las armas más avanzadas y lucrativas dependían
de programas de investigación anteriores a 1989, lo cual ponía en
desventaja a Rusia como exportador. Para continuar con las ventas el
gobierno se vio obligado a poner en venta armas que eran para uso
exclusivo de sus fuerzas armadas, como los misiles Mosquito.
Aunque
el aumento de gasto en el sector defensa reactivó la industria
militar, hoy
día ésta sigue teniendo atrasos tecnológicos. Para Vladimir
Popovkin (Russian
Armed Forces' chief of armament interviewed, 2008, octubre 3),
jefe de armamento de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa y
asistente del ministro ruso de defensa, las reservas de armas
soviéticas son obsoletas y por tanto es urgente implementar el
Programa Estatal de Armas 2007-2015, para el desarrollo de nuevas
armas y equipo militar de todas las categorías entre 2011 y 2012.
Exportaciones
actuales
Un
análisis de las exportaciones de armas rusas por OxResearch (Russia:
Arms exports are set to decline, 2008, mayo 5), muestra que en
2007 y 2008 Rusia continúa siendo el segundo exportador de armas en
el mundo, detrás de Estados Unidos.
El
reporte sugiere,
no obstante, que en ese período las ventas de ambos países en el
rubro cayeron ligeramente, y atribuyen el descenso de exportaciones
rusas a una disminución de las importaciones por parte de China e
India, aunque siguen siendo sus mayores clientes.
Moscú tuvo problemas con Nueva Delhi
por retrasos en la entrega de proyectos, y le fueron suspendidos
algunos contratos de modernización de aeronaves indias.
También
Argelia devolvió aviones MiG por considerar que no cubrían los
requisitos de calidad. Esto obedece a la brecha tecnológica de
armamento, que Rusia no ha podido superar desde los tiempos de la
URSS. Sus clientes así lo perciben, y la situación podría
llevarlos a buscar otros proveedores. El Kremlin ya busca nuevos
mercados: Argentina y Chile podrían firmar contratos con Rusia en el
corto plazo.
Además, Moscú sospecha que China
está copiando la tecnología rusa para reducir su dependencia de
Rusia en cuanto a defensa.
Según
los cálculos del Instituto Internacional de Estocolmo de
Investigación para la Paz (SIPRI,
por sus siglas en inglés), los datos oficiales, ofrecidos por el
Servicio Federal para la Cooperación Técnica-Militar (FSMTC, por
sus siglas en inglés) de la venta de armas rusas están inflados: en
2007 Rusia no habría exportado 7 mil 400 millones de dólares, sino
sólo 4 mil 600 mdd. Datos más moderados, del independiente Centro
para el Análisis de Estrategias y Tecnologías (CAST, por sus siglas
en inglés), apuntan a que serían 5 mil 400 mdd.
Ganancias por exportación de armas (miles de millones de dólares)* | |||
2004
|
2005
|
2006
|
2007
|
5.1
|
6.13
|
6.46
|
7.40
|
*Según datos del FSMTC |
En
cuanto a los tipos de armas, Ruslan Pukhov, jefe del CAST en Moscú,
dijo (Kester
Kenn Klomegah, 2006, octubre 5) que
el armamento aéreo se calculaba en 50 por ciento de las
exportaciones, el armamento naval en 25 por ciento, defensa aérea el
15 por ciento y armas para el ejército el 10 por ciento restante. La
tendencia ha sido dar prioridad a las aeronaves y sus componentes,
pues son el tipo de arma de mejor calidad, según la percepción de
los clientes.
Sistema
de exportaciones
En
julio de 2006, Rosoboroneksport
(ROE), la compañía estatal de armas de Rusia, compró VSMPO-Avisma,
la mayor compañía productora de titanio del mundo. Durante los dos
años anteriores ROE se había extendido gracias al apoyo del
entonces Presidente Vladimir Putin y su compadrazgo con el jefe de la
compañía, Sergei Chemezov.
Sucediendo
a la empresa Rozovooruzheine, ROE fue instaurada por Putin para
desplazar a los competidores de empresas privadas (State capitalism
and the Putin oligarchs, 2006, julio 24). Lo primero fue apoderarse
de las empresas exportadoras de equipo de defensa, mediante la
inversión directa. Luego forzaron la fusión de empresas privadas de
helicópteros como subsidiarias de ROE, para eliminar la competencia,
que había disminuido la participación rusa en el mercado mundial de
armas. También recurrieron a la intimidación, con la intervención
de las fuerzas policiacas. El
26 de noviembre de 2007, por decreto presidencial, ROE era declarada
la única compañía exportadora e importadora de armas.
Habiendo
adquirido
VSMPO, ROE se convertía en la corporación armamentista monopólica
del Estado, controlando de manera vertical toda la cadena de
producción y distribución de armas. Como otras compañías
estatales, ROE se volvía una herramienta de poder de Putin y sus más
allegados, de manera que conformaban una oligarquía7.
Chemezov
era el
brazo derecho de Putin y se perfilaba como posible sucesor de éste.
En Alemania Oriental sirvieron juntos en la KGB y en 1996, cuando
Putin obtuvo un puesto medio en el Kremlin, lo nombró asistente
suyo. Fue nombrado asistente del la presidencia de ROE desde su
creación -4 de noviembre de 2000-, y en 2004 tomó el control de la
compañía, un movimiento político que garantiza mayor intervención
del gobierno en el control de la empresa.
En
este contexto, ROE
enfrenta algunos problemas apremiantes: una fuerza laboral de edad
avanzada, la contratación de personal joven se ve frenada por los
bajos salarios ofrecidos; la corrupción de los altos mandos, que
impide una administración efectiva; la mayoría de los modelos de
armas que tiene para exportar son sistemas de la era soviética
modernizados; a pesar de las inversiones en el sector de defensa, la
compañía necesita todavía más recursos para sobrepasar la brecha
tecnológica.
Rosoboronoeksport
como instrumento de presión internacional
De
acuerdo con los conceptos mencionados por Hartung (2008, septiembre)
para el análisis de la transferencia de armas, podemos
inferir que los fines políticos perseguidos en el caso de Rusia son
obtener recursos y cooperación para la modernización de su arsenal;
ganar influencia política para hacer contrapesos de poder y
favorecer su visión de multipolaridad; la consolidación del abasto
energético a partir de alianzas estratégicas, y la intimidación de
sus rivales: Estados Unidos, Israel, Gran Bretaña y Francia.
Veamos
cómo han
funcionado los balances de poder, en pos de la multipolaridad, en los
últimos años, con algunos ejemplos que comenta Joe Pappalardo
(2008, julio):
- Venezuela compró en 2006 helicópteros Mi-24 Hind a Rusia, mientras que Colombia compró en 2007 helicópteros UH-60L Blackhawk a Estados Unidos. Ambas naciones han tenido constantes roces desde hace algunos años.
- En 2002 Perú compró misiles AA-12 Adder a Rusia, y Chile en 2005 compró misiles AIM-120 AMRAAM a Estados Unidos. Estos países tienen conflictos por la definición de la frontera.
- En 2006 Israel compró a Estados Unidos helicópteros AH-64D Apache ("Sharaf"), y en 2007 Siria compró misiles antiaéreos rusos SA-19. Israel mantiene ocupada parte del territorio sirio conocida como los Altos del Golán.
- Israel compró a Estados Unidos en 2006 bombas de penetración de búnkers GBU-28, que podrían ser usadas por los F-16 israelíes para atacar el complejo nuclear de Bushehr en Irán, quien compró en 2007 un sistema de baterías antiaéreas TOR-M1 "Tunguska" rusas, diseñadas para proteger el reactor.
- En 2004 Rusia acordó vender a India submarinos nucleares Akula-2, que fueron entregados en 2008. En 2006 Estados Unidos vendió a Pakistán naves Orión para vigilancia marítima. La provincia de Cachemira ha estado en disputa entre ambos países desde hace años.
- En 2006 Estados Unidos vendió a Taiwán destructores marítimos "Keelung" clase Kidd, y en 2007 Rusia vendió a China misiles antinavales SS-N-27 "Klub" para sus submarinos. China tiene reivindicaciones territoriales sobre Taiwán, a quien considera una provincia rebelde.
Esta
dinámica de provocación y respuesta a algunos analistas
ha traído ecos de la era soviética, pero responde más bien al
interés ruso de retomar el protagonismo en la escena internacional
para favorecer sus intereses. Rusia no tiene los recursos para
embarcarse en una nueva carrera armamentista contra Estados Unidos,
sólo usa a ROE y su política de transferencia de armas como
instrumento de presión y negociación.
En
cuanto a la cooperación, analicemos el caso de India. En 2004, con
la compra de una flotilla de aviones Admiral Gorshkov, la India se
colocó como segundo mayor cliente de armas rusas, sólo detrás de
China. Rusia se convertía en el principal proveedor militar de
India, por lo cual, cuando a inicios de 2007 se dio el acercamiento
indo-estadounidense en materia de cooperación nuclear, la
preocupación de Rusia propició la decisión de Putin de buscar
contrarrestar esa intromisión con uno de sus grandes clientes, y así
apareció el programa indo-ruso de misiles supersónicos BrahMos, de
inversión conjunta. También tienen un programa para el desarrollo
de aeronaves de combate y se prevé la inclusión de India en el
Glonass (Global
Navigation System) Sistema Global de Navegación ruso, que necesita
dieciocho satélites en órbita. Serían lanzados seis este año y el
sistema sería funcional para 2009.
Además,
como reconocimiento a la cooperación indo-rusa, Putin daba su
respaldo a India en todos los foros internacionales, postulándolo a
la candidatura de miembro permanente del Consejo de Seguridad de la
ONU.
En
su patio trasero, Rusia procura una estrecha relación con los
miembros de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva,
Armenia,
Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán, a
quienes vende armas a precios especiales.
En
el tema energético, es de resaltar la
continuidad de los pactos para la cooperación en materia de defensa
entre Rusia y naciones petroleras: Irán, Emiratos Árabes Unidos,
Venezuela, y Argelia, productor de gas natural. Mientras que Irán
garantiza el flujo de energéticos hacia Rusia, éste le provee de
armamento y de combustible para su reactor nuclear, lo cual ya tuvo
consecuencias a nivel internacional: el 23 de octubre de 2008,
Estados Unidos impuso sanciones a ROE, debido a la venta de armas a
Irán, a lo cual Rusia no tardó en protestar, pero el ministro del
exterior ruso, Sergei Lavrov, declaró que su gobierno no cambiará
su postura a pesar de las represalias, todo lo cual encendió más
todavía el conflicto por las intenciones estadounidenses de
desplegar un sistema de misiles en República Checa y Polonia.
Curioso que todo se haya desencadenado
después que, como represalia contra Israel por su apoyo a Osetia, el
Presidente Medvedev acordara negociar con Irán y Siria la venta de
nuevos sistemas de misiles que amenazarían a los aviones israelíes,
aun cuando estuvieran volando en su propio espacio aéreo, por lo
cual Ehud Olmert viajó para entrevistarse con el ruso, sin obtener
otra cosa que evasivas.
Postura
de Rusia ante un
tratado de comercio de armas
En
el sistema ruso
de control de exportaciones no se contempla la vigilancia de la
protección a los derechos humanos, ni el respeto al derecho
internacional humanitario al firmar contratos con posibles
compradores de armas(The G8: Global arms exporters. Failing to
prevent irresponsible arms transfers, 2005, junio 22). Ni en las
decisiones ni en las declaraciones del gobierno ruso se aprecia
preocupación por el impacto de la venta de armas en situaciones de
inestabilidad política y económica, tampoco se toman en cuenta las
repercusiones de la venta de armas en contra del desarrollo de los
pueblos.ñía necesita todavía más recursos para sobrepasar la brecha tecnológica.
Las
leyes encargadas en Rusia de regular las exportaciones relacionadas
con el tema8
establecen medidas y principios que sólo consideran el interés
nacional de la Federación Rusa, y la prohibición de tráfico de
armas de destrucción masiva, pero a las armas convencionales se les
deja de lado. En este sentido se ha observado que las armas vendidas
por Rusia a países con conflictos internos como Argelia, Kuwait,
Malasia, Myanmar, Sudán, Vietnam y Yemen, entre otros, se usan para
reprimir a la población civil y sus gobiernos incurren en
violaciones de derechos humanos, pero eso no interesa a Rusia.
No hay evidencia de que Rusia esté a
favor de la negociación de un tratado que limitaría sus negocios
con regímenes opresores, pero diplomáticamente se ha mostrado
ambiguo al respecto.
Conclusión
La
venta de armas es, para los países que la practican, un medio que
permite ejercer presión para obtener ventajas en la consecución de
sus intereses. En el caso de Rusia, aunque su industria militar
enfrenta una crisis que podría debilitar su posición, también le
ofrece nuevas oportunidades que puede aprovechar para fortalecerse.
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control and security: the changing role of conventional arms control
in Europe. Hampshire,
Reino Unido: Ashgate.
1
No hay un organismo con la capacidad para vigilar y forzar que
dichas transferencias se apeguen a la promoción de la paz, la
libertad y la seguridad. Existe la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre el tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras en
todos sus aspectos, pero su labor es investigativa y de discusión
del tema únicamente.
2
También hubo un bloque de países no alineados con alguna de las
dos naciones, Estados Unidos y la Unión Soviética, que
representaban esta oposición internacional de poderes, y un grupo
de países que promovió la no proliferación de esas armas.
3
Es el caso del “Programa de Acción de la ONU para prevenir,
combatir y eliminar el tráfico ilícito de armas pequeñas y
ligeras en todos sus aspectos”, que sólo funciona como directriz.
4
Tomando en cuenta el proyecto de tratado, las negociaciones
bilaterales y las reuniones bienales de los Estados para examinar la
ejecución del Programa de Acción de la ONU mencionado en la nota
anterior.
5Consistía
en asegurar la naturaleza no ofensiva de la doctrina militar,
sustituyendo la superioridad numérica con el concepto de fuerzas
suficientes para detener cualquier ataque externo, sin implicar una
amenaza para otros Estados, y emprender reducciones asimétricas
para anular la estrategia de competencia armamentista.
6
El problema es que el incremento de gasto militar pagaría los
costos de mantenimiento de armas nucleares y equipo básico de la
infantería, antes que el desarrollo y la investigación para
mejorar el arsenal de uso interno y de exportación.
7
Los otros oligarcas de Putin: Alexei Miller y Dimitri Medvedev
-actual presidente de Rusia- en Gazprom, Igor Sechin en Rosneft. La
llegada de Medvedev a la presidencia da fe de que el mismo grupo
continúa en el poder
8
Ley de cooperación técnica militar, y Ley de control de las
exportaciones
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