Cultura oscura en Guadalajara

2006, octubre 




De entre las corrientes sociales, tal vez una de las más cargadas de prejuicios, pero también una que adquiere cada vez mayor importancia, se plantea el problema de los movimientos oscuros. ¿Se trata de una cultura, una subcultura o una moda? ¿Qué opina la sociedad tapatía acerca de quienes se identifican con esta opción existencial? ¿Se trata de un movimiento integrado a la estructura social? Será necesario comprender la evolución histórica de este fenómeno para comprender su situación en la ciudad de Guadalajara. El objetivo de esta investigación es representar las principales perspectivas que se tienen por parte de la sociedad hacia los movimientos oscuros en Guadalajara.


Cultura, underground, contracultura, cultura alterna

Toda sociedad está conformada por distintos grupos y subgrupos que conviven y se enfrentan dentro de ella, siendo la influencia que éstos ejercen en dicha sociedad muy variable, y determinada por muchos factores, como el número de personas que forman parte del grupo, su clase social, el acceso que tienen a los medios de producción, tanto económica como ideológica, la aceptación o rechazo por parte del resto de la sociedad, entre otros. La importancia de algunos de estos grupos llega a ser tal que pueden considerarse como una cultura distinta. Hay que tomar en cuenta, empero, que una persona puede ser considerada como perteneciente a varias culturas distintas, lo cual en la actualidad es cada vez más frecuente y más acentuado, debido a que los procesos de globalización aceleran exponencialmente la rapidez de los medios de comunicación, propiciando así la interacción de personas con cosmovisiones muy distintas alrededor del mundo. Esto incide directamente en el surgimiento de nuevas culturas (V. gr. la cibercultura) y en la transformación de las ya existentes, confundiéndose las fronteras que delimitan a una cultura y a otra.
La cultura ha sido siempre un concepto muy controvertido, no existe un consenso respecto a su significado.
Edmond Cros (en R. de Aguinaga, comunicación personal, 2005, Octubre 10) define la cultura como

(…) el espacio ideológico cuya función objetiva consiste en enraizar una colectividad en la conciencia de su propia identidad. Su característica fundamental es ser específica: la cultura sólo existe en la medida en que se diferencia de las otras y sus límites vienen señalados por un sistema de indicios de diferenciación, cualesquiera que sean las divisiones y la tipología adoptadas (culturas nacionales, regionales, de clase, etc.). La cultura funciona como una memoria colectiva que sirve de referencia y, por consiguiente, es vivida oficialmente como guardiana de continuidad y garante de la fidelidad que el sujeto colectivo debe observar para con la imagen de sí mismo que de este modo recibe. La historia la presenta, sin embargo, como el producto de tensiones políticas y de contradicciones ideológicas, sin límites estables, modificados incesantemente por nuevas tensiones sociales o históricas que desembocan en remodelados fundamentales o en abjuraciones.

Para fines de esta investigación, y en base al concepto aportado por Cros, se definirá la cultura como un grupo humano, independientemente de su tamaño, que comparte un conjunto de prácticas sociales a las cuales es posible considerar como una unidad, y definidas por una ideología o cosmovisión particular. Entre estas prácticas están el arte, la forma de vestir, la jerga utilizada oralmente o por escrito, los gestos, entre otros elementos que otorgan una identidad a la persona, un sentido de pertenencia al grupo. Según Louis Althuser (en R. de Aguinaga, idem) la cultura sólo existe en sus manifestaciones concretas, no es algo abstracto sino algo palpable. Es importante aclarar que a pesar de que la cultura existe como una estructura definida, cada individuo se apropia de ella de manera diferente, de acuerdo a su psicología y de acuerdo a sus circunstancias.
Toda sociedad es un sistema complejo y organizado de procesos definidos que le permiten subsistir, aunque muchas veces esta organización no es muy aparente o parece contradictoria. Como tal, la sociedad necesita un mecanismo para detectar las fallas en el sistema, y la dinámica social conduce a la formación de un aparato autocrítico de sí misma, manifestado en grupos de intelectuales, de disidentes, de reaccionarios, revolucionarios, aunque no está limitado exclusivamente a los grupos. También hay individuos que alzan su voz en oposición a las reglas sistema y las cuestionan. Los inconformes. Todos ellos buscan llegar al fondo de la problemática latente en la coyuntura en que se hallan insertos.
Luis Racionero (en Pacho 1997, Julio 11; Rogelio Villarreal, 2003, Noviembre 9) apunta que en las sociedades actuales estos grupos han sido incorrectamente llamados contracultura. El término proviene del inglés counter culture, que hace referencia a un punto de vista opuesto dentro de una cultura particular. No se trata de estar en contra de la cultura a la que pertenecen, sino tener otra forma de ver los problemas que enfrenta, se trata de hacer notar las fallas de la maquinaria social.
También suele llamárseles subculturas o culturas underground (subterráneas), pero estos conceptos también son incorrectos. En cuanto a subcultura puede señalarse que el término es incorrecto porque no están delimitadas por un espacio definido, como lo estarían las culturas nacionales o las etnias, además que no hacen una importante distinción de sus miembros de acuerdo a clase social, o estatus económico. Las fronteras convencionales, es decir las fronteras políticas o étnicas no determinan su extensión, no significan mucho para este tipo de manifestaciones culturales. Por lo tanto no pertenecen a una sola cultura, sino que se nutren de todas aquellas en las que se desenvuelven. Con la denominación de “subterránea” se hace referencia a una cultura que vive al margen de la sociedad, que se mueve en la ilegalidad, que no puede mostrarse abiertamente. En este sentido sí existen ciertos prejuicios en contra de los miembros de la cultura oscura, sobre todo en base a sus características exteriores, como se menciona más adelante. Pero esta predisposición de la gente no impide que la cultura oscura continúe creciendo. En cierto sentido la fortalece, haciéndola atractiva para aquellos que sí buscan ir en contra de la sociedad, sobre todo los más jóvenes, lo cual a algunos complace y a otros disgusta. Como menciona Heriberto Yépez (citado en Villarreal, 2003, Noviembre 9), “lo underground ya no puede existir en un mundo dominado por los paparazzi y los hackers, los mass media y los peep shows” ya que todo se hace evidente y es difícil que un grupo permanezca con sus actividades en el subsuelo sin que se tenga noticia de ello. Además ha decaído considerablemente la represión que se aplicaba, por ejemplo, en la década de los sesentas por parte del gobierno mexicano y de los grupos ultra conservadores como MURO.
Existe un último concepto propuesto para designar a las corrientes con un punto de vista “diferente” acerca de la sociedad. Se trata de la cultura alterna, que parece salvar todas las dificultades a las que están sujetos los demás conceptos propuestos, evitando quitarles importancia a estos grupos culturales y también calificarlos moralmente como negativos. Pero al adoptar el concepto de cultura alterna se está implicando que existen algunas culturas principales o normales, y las demás son una solución por si a alguien desagrada. ¿No son alternativas todas las culturas? ¿Quién obliga a un inmigrante a adoptar la cultura del lugar donde reside? ¿No se trata de una decisión suya? Por lo tanto, al parecer todas las culturas (en general) son alternativas, además que, como ya se mencionó, se puede pertenecer a varias culturas a la vez. Aunque pertenecer a una cultura también implica cierto grado de aceptación por parte de la misma.


Origen histórico de los movimientos oscuros
Por el momento se adoptará, a riesgo de caer en algún estereotipo, una definición de la cultura oscura que será mejor comprendida tomando en cuenta todos los elementos de esta investigación. Entendamos por cultura oscura aquella cultura alterna que tiene como fundamento la muerte, tanto en la estética fúnebre y a veces solemne, como en su ideología y sus prácticas sociales. La formación de los movimientos oscuros tiene dos orígenes diferentes, que se funden dando lugar al surgimiento de lo oscuro como cultura: la fuente histórica y la fuente ideológica.
Históricamente la raíz de estos movimientos se encuentra en la generación surgida tras la lost generation de los cuarentas, la generación beat de los años cincuentas, que manifestaba abiertamente su desencanto por la vida: “el hombre angustiado, que va soportándose a sí mismo, mientras espera su muerte llevando a cuestas el peso de su libertad” (Marroquín, 1975) era encarnado por los jóvenes que habían presenciado la devastación de la guerra, que habían abrazado el misticismo, el ecologismo, el antimilitarismo, la lucha contra la censura, la relajación social y la libertad sexual como forma de protesta ante la sociedad. Sustentados por la filosofía existencialista que brotaba de Europa, andaban por el mundo como si no pertenecieran a él. Fue el escritor Jac Kerouac quien dio nombre a esta generación, utilizando el término por primera vez en su libro On the road (Watts, M., 2001), siendo este autor aún una referencia importante entre los miembros de la “contracultura” actual. Se trata de un deseo por ser algo más que la “máquina” autómata producida por el sistema, mediante la exploración del “yo interno.
Por primera vez la juventud conformaba una fuerza social considerable, ya que desde siempre habían estado “subyugados” a la supremacía de los adultos en todo tipo de decisiones. Es cierto que en todas las épocas la juventud se ha distinguido por su cuestionamiento hacia las generaciones anteriores, pero nunca antes habían logrado el poder y la influencia en la sociedad que obtenían durante los cincuentas y sobre todo durante los sesentas.
Clellon Holmes (en Marroquín, 1975) describe de manera magistral la esencia de esta generación:

Cualquiera que haya sufrido una guerra, cualquier tipo de guerra, sabe que ser “beat” no significa tanto estar muerto de cansancio cuanto tener los nervios a flor de piel; no tanto estar llenos hasta, cuanto sentirse vacíos. “Beat” describe un estado de ánimo despojado de toda superestructura, sensible a las vicisitudes del mundo externo, pero insufrible de le banalidad. Ser “beat” significa estar calado hasta los huesos de la personalidad, ver las cosas desde lo profundo, ser existencialista en el sentido de Kerkegaard, más que en el de Sartre.

Después la generación beat se escindió en dos variantes: los hippies y los beatniks. Mientras que los primeros optaron por un viaje interior caracterizado por el pacifismo y el uso de drogas como medio de exploración, los segundos se dedicaron a denunciar los vicios, vistiendo de negro y de forma descuidada, incluso “sucia”, tomando como estandarte la figura del Sputnik soviético, pues la paranoica sociedad norteamericana veía en ellos, como en el Sputnik, una amenaza latente. Opiniones más románticas indican que se les llamaba así por ser los cosmonautas del espacio interior. Sea como sea, los beatniks, su mística y su apariencia son uno de los primeros esbozos de la cultura oscura como tal.
En México los movimientos juveniles estuvieron muy restringidos durante esa época, al grado que en los setentas existían persecuciones en contra de todo tipo de jóvenes que se salieran de los patrones convencionales, a la vez que estuvieron influidos por los movimientos juveniles provenientes de otros lugares del mundo. En los sesentas, el advenimiento de los hippies en todo el mundo, conocidos en México como xipitecas o jipitecas, había desencadenado enfrentamientos constantes con las autoridades, principalmente porque muchos de sus hábitos parecían desagradables al grueso de la sociedad. Un hecho que marcó a la juventud mexicana de esa época fue el festival de Avándaro (el Woodstock mexicano), que marcó musicalmente a una generación. A partir de los años setenta, el desarrollo de diferentes grupos culturales juveniles estuvo íntimamente ligado al arte, especialmente a la música, que por otra parte, debía ir despacio, tanteando el terreno, pues constantemente eran encarcelados o golpeados por la policía quienes participaban en tocadas y conciertos, para lo cual se crearon los llamados hoyos fonqui, donde los “chavos” se reunían casi clandestinamente a escuchar música. En un principio se trataba del rock, que propulsó la formación de una nueva clase de jóvenes inconformes: los punk.
Se considera que, por lo menos entonces, la base del punk sería una ideología anarquista y agresiva, que se reflejaba en la vestimenta: pantalones rotos, pulseras con picos, botas pesadas, adornos con cadenas y picos de metal; pero al contrario de lo que las autoridades pensaban, esta agresividad generalmente no se traducía en violencia, sino sólo en la apariencia exterior. Era una forma de denunciar la corrupción del gobierno, de la religión, de la sociedad en general. Musicalmente, el punk significó una importante evolución del rock, que sentó las bases para nuevos géneros como el gótico, heavy metal, dark wave, ethereal, funeral, death, black metal, doom, y otros, que pueden identificarse con distintas variantes de la cultura oscura.


Orígenes ideológicos de los movimientos oscuros
Los cimientos musicales estaban echados hacia mediados de los ochentas, la música oscura se configuraba poco a poco a través del surgimiento de grupos como Bauhaus, Siouxsie and the Banshees, Dead can dance, e incluso 4AD. Entonces se formó lo que se conoce como la “vieja guardia gótica”, los primeros en adoptar el gótico como forma de vida en el mundo moderno. En este punto es preciso hablar de la raíz ideológica de la cultura oscura. En realidad no existe una sola, ya que las distintas corrientes dentro de la cultura oscura presentan algunas diferencias, pero una de las más referidas es el movimiento situacionalista francés de 1860, en que los estudiantes y obreros se vestían de negro y se pintaban los rostros de blanco, en señal de que la sociedad los trataba como si hubieran muerto, los oprimía a tal punto que no les permitía ser. Era una forma de protesta. Hasta aquí pueden ya apreciarse algunos elementos recurrentes en la formación de la cultura oscura, que emergen en la configuración general de ciertos patrones. ¿Por qué considerar a esta cultura como oscura? Como ya se dijo, la cultura sólo existe en sus manifestaciones particulares, y he aquí, entre estas manifestaciones, dos variantes importantes a considerar para la respuesta a esta pregunta, que es central en la comprensión de lo oscuro como cultura: el fondo y la forma.
Forma: La investigación en esta sección del trabajo tiene como fuente principal la observación de miembros de la cultura oscura, así como entrevistas con los mismos y escritos de algunas comunidades de Internet cuyos autores permanecen anónimos. En cuanto a la forma se repiten en general algunos patrones, por ejemplo de atuendo, con variaciones que a pesar de ser diferenciables constituyen una unidad aparente: la mayoría de los miembros de la cultura oscura siguen una estética muy refinada y elegante, antigua, pero el vínculo común es que tiene un tono mortuorio como el ya mencionado de los situacionalistas franceses. Las prendas negras son el fundamento de la indumentaria dark, lo cual justifica en cierta manera este apelativo, pero no está restringido al uso exclusivo de éstas. Se pueden combinar con varios colores que hacen referencia a conceptos relacionados con la dualidad muerte-vida (parte de la variante de fondo) como el rojo, que remite a la sangre, el blanco, en contraposición al negro, el morado o púrpura, de tradición vampírica. También las telas con que las prendas son elaboradas constituyen algo importante, intentando que éstas sean delicadas, finas, son telas como la seda, terciopelo, gamuza, y algunas veces chaquetas de piel. Los cortes de la ropa son muy propensos a imitar las formas de siglos anteriores, parecidos a los de la era renacentista europea y hasta el siglo XIX, con encajes, mangas en terminadas en forma de “V”, pantalones ajustados y lisos, vestidos largos, ya sea muy cerrados o con fenomenales escotes muy insinuantes, gabardinas largas e incluso capas. Los accesorios también son un elemento importante, ya que conllevan en sí algunos símbolos que dejan entrever la ideología oscura: los anillos de plata con símbolos antiguos que remiten a las épocas consideradas como oscuras como el medioevo, o los anillos en forma de garra, que en cierta medida aluden al vampirismo; los afiches y colguijes con representaciones egipcias o cruces (de distintos tipos), esclavas de metal, como las antiguamente utilizadas por la nobleza, o en su defecto pulseras de materiales industriales, como plástico o metal, muchas veces con terminaciones en forma de picos, que conllevan en sí una manifestación simbólica de agresividad. En efecto, generalmente los miembros de esta cultura no se comportan violentamente, es sólo una forma más de criticar a la sociedad.
Manteniendo la tradición de los situacionalistas, muchos de los miembros de la cultura oscura utilizan botas pesadas, de uso industrial, que también pueden estar adornadas con picos o con símbolos de los ya mencionados, aunque algunos prefieren utilizar calzado más elegante. También es una práctica social común para ellos el maquillarse los rostros. El maquillaje incluye principalmente el color blanco, que se utiliza en todo el rostro palidizándolo mórbidamente, delineados y sombras negras que acentúan los rasgos fúnebres, labiales de color negro o rojo. No es raro que utilicen el cabello largo, pero hay quienes prefieren estilos (V. gr. el mohawk) y colores parecidos a los de la época punk. Entre los miembros de la “vieja guardia gótica” los estilos son mucho más austeros, prefiriendo simplemente (generalizando) pantalones de mezclilla y playera negros.
Todos los elementos antes mencionados del aspecto exterior confieren a quien los porta un aspecto al cual la sociedad no está completamente acostumbrada, y son considerados como oscuros precisamente por la predominancia de ese tipo de tonos. En este aspecto, se le da especial importancia al estilo artístico llamado Gótico, concepto utilizado por Giorgio Vasari para designar la tendencia surgida hacia el siglo XII y posterior al Románico que encontraba sus orígenes entre los godos, aplicada principalmente a la arquitectura y escultura, cuyo apogeo puede encontrarse en el siglo XIII. Los templos del estilo gótico se caracterizan por sus enormes construcciones, generalmente con terminación en forma de aguja, cuya oscura majestuosidad mística buscaba propiciar el encuentro con dios, aquel dios lejano que la cristiandad del final de la edad media había heredado. En la escultura, subordinada a la arquitectura, se destacan figuras mitológicas de monstruos imaginarios que sirven como protección y adorno a los templos góticos, las gárgolas, que a son un tiempo centinelas y encarnación perversa de los miedos más profundamente humanos; y figuras naturalistas de temas vegetales, como hojas para adornar los capiteles, pero sin idealizar la naturaleza. En la pintura se destaca el detallismo de los pintores flamencos del siglo XIII.
Fondo: Por fondo se entenderá el sustento ideológico y el pensamiento filosófico implicado en la cultura oscura. Es muy difícil separar el fondo de la forma, dado que muchas veces se confunden, dejando los límites entre ambos inciertamente delineados. Sin embargo ambos se complementan, es por eso que el estilo adoptado por la cultura oscura está íntimamente ligado al pensamiento de la misma, que gira en torno a temas convencionalmente denominados “oscuros”: la muerte, el mal, la melancolía, la soledad, el egocentrismo, el dolor…
La mayoría de los miembros de la cultura oscura reconocen una gran influencia en su vida del movimiento Romántico del siglo XIX, pues los artistas Románticos estaban consagrados a la exploración del sentimiento, sea cual fuere. Así, autores como Johan Wolfgang von Goethe, Edgar Allan Poe, Mary Shelley, Ludwig van Beethoven, Gustavo Adolfo Bécquer, Lord Byron, Charles Baudelaire, René de Chateaubriand y los poetas malditos, Heinrich Heine… ¿Por qué resulta tan importante el Romanticismo en este sentido? El romanticismo encarna muchas de las aspiraciones, ideas y sentimientos con los que el ser oscuro se siente identificado. Quizá sea de ayuda mencionar algunas de las características psicológicas manifestadas en el Romanticismo:
Se exalta el espíritu individualista, pues el “yo” es colocado en una posición preponderante, un culto espiritual al ego, dejando casi completamente de lado al resto del mundo. Por ello el artista vive aislado y solo, pues su conciencia de diferenciación del resto de las personas lo hace sentirse único, llegando incluso a sentirse superior. El ser Romántico tiene una ferviente sed de libertad, pues hasta entonces permanecían censurados muchos de los sentimientos que asaltaban a su ser. Además los románticos están desilusionados, no creen en la razón, prefieren los temas relacionados sobrenaturales, mágicos y de misterio, concediendo extrema importancia al sentimiento libre de toda racionalización. Sufren una angustia metafísica del mundo, el llamado weltschmerz (dolor del mundo, mal del alma) romántico, pues al confrontar su idealización del mundo, que han evadido, con la realidad, la abismal diferencia les provoca un enorme dolor. La melancolía es un factor importante en la vida de los románticos, quienes la mayoría murieron muy jóvenes o por suicidio.


Manifestaciones culturales
Todas estas características coinciden con las preocupaciones y las angustias de la cultura oscura, es por esto que sus miembros adoptan considerablemente un individualismo exacerbado. No les importa mucho el mundo, pues como ellos dicen, no le importan al mundo, que incluso los ha matado obligándolos a reprimir su forma de pensar, pero sobre todo, su forma de sentir. Por esta razón en un acto simbólico de renuncia al mundo se revisten de oscuridad, no sólo externa sino internamente.
La estética oscura adopta también otra particularidad: el rompimiento con las reglas convencionales. Como un miembro de la cultura oscura puede disfrutar lo aceptado convencionalmente como bello, así mismo puede disfrutar lo convencionalmente tachado de grotesco, o no estético. Lo grotesco es parte integrante de la estética oscura, pues manifiesta el absurdo del mundo y muchas veces el dolor provocado por éste: fotografías de personas vomitando, cuerpos mutilados captados en las morgues, accidentes, suciedad, enfermedad, relatos de muertes violentas, películas snuff. En México, SEMEFO es un grupo musical característico de esta estética, utilizada en sus presentaciones musicales (Eduardo Olivera, 2002).
La música oscura, como ya se dijo, es variadísima de acuerdo a sus características, por ello no se tratará profundamente, sino de manera general el tema. Las voces virtuosas de músicos y cantantes graduados de importantes conservatorios no son raras entre los exponentes de la música dark, existe también el gusto por los instrumentos antiguos, estilos célticos y sacros, adaptaciones de música sacra como himnos o Kyries cristianos; también pueden encontrarse voces tremendamente guturales, ya que existe una tendencia musical a clasificar las voces de acuerdo a su claridad: mientras que aquellas voces agudas pueden considerarse como claras o blancas, las voces graves pueden considerarse como negras u oscuras. Hay grupos que combinan ambos elementos creando oposiciones deliciosas de claroscuros vocales a veces inimaginables. Así como hay agrupaciones que buscan la melodía, existen otras que buscan romper con toda armonía, y se caracterizan por una música agresiva y pesada que para algunos puede resultar molesta.
Las letras de las canciones de grupos oscuros tocan también todos los temas románticos antes mencionados. “Nosotros percibimos la música como liberación del espíritu” dice el pintor Alfredo Ruvalcaba, en entrevista privada. Ruvalcaba, quien se define a sí mismo como dark, expone sus obras los sábados en el Tianguis Cultural de Guadalajara, y sus pinturas son una clara muestra del arte oscuro, plasmando en ellas temas como la muerte y el amor desde una perspectiva muy diferente a la convencional, utilizando para ello personajes mórbidos, dolientes en algunas y alegres en otras. Además hace una crítica a la comercialización y al consumo, pues utiliza el concepto de “arte útil”, rompiendo además con los principios económicos de producción en serie que nos convierten a fin de cuentas en productos también: Alfredo Ruvalcaba acostumbra pintar en playeras, que vende, y que pueden ser convertidas después en cuadros, cuando haya terminado su ciclo de uso.
Otra forma de expresión utilizada por los dark es el teatro, un teatro lóbrego que busca también despertar los sentimientos en su público a toda costa, recurriendo para ello a la interacción directa con la gente. Esto es notorio sobre todo en una forma del teatro: el “performance”. Los performances son actuaciones casi siempre individuales (resaltando así los ideales románticos) que pueden prescindir del escenario y que no requieren una exhaustiva planeación, pues la característica principal de éstos es la espontaneidad, la explotación al máximo de las posibilidades de improvisación, ya que a diferencia del teatro convencional, que busca eternizar el momento, el performance es efímero y busca precisamente la finitud.
En Guadalajara, durante la época de represión por parte del gobierno, algunos jóvenes comenzaron a escuchar a mediados de los ochentas algunos de los grupos post-punk que originaron el movimiento dark (<<Dunkel Neim Von Under, 2005, Junio 28), así que desde un principio la cultura oscura estuvo ligada al desarrollo musical en esta ciudad. A ello contribuyó la creación de algunos grupos como Anubis, Los Demonios de la Lengua, Sociedad Secreta, Gladiatoria Clan, Kaja Negra, entre otros, en los noventas, con influencias de los grandes maestros de dark-wave, pero que debido a diversas circunstancias mantuvieron un alto nivel de inestabilidad e incertidumbre (Dunkel Neim, idem. A 1994 sucedió un tremendo incremento de darks, debido principalmente a la presentación de grupos de corte internacional como Love is colder than death, London After Midnight y Cranes. A partir de entonces surgieron muchas bandas más como Depresión Azul (que después cambiaría su nombre por el de Angelique), La Sangre de Alicia, Isenngard, Arpa de Aura, Sueño de Luna y Lumen, que simultáneamente presenciaban el surgimiento de programas de radio dedicados especialmente a esta música (Dunkel Neim, idem).
Ya antes se mencionó el Tianguis Cultural de Guadalajara, pero no cuál es su importancia. Tal vez la relevancia de este lugar y tiempo (ya que sólo se instala los sábados) sea su función aglutinante, es decir que permite la interacción de todas las culturas urbanas que permanecen “marginadas” de la vida social. En efecto, ahí se pueden encontrar, sin temor a ser juzgados, los miembros de las culturas dark, jipi, punk, metalera, y muchas otras que coexisten cotidianamente. Se presenta como una de las pocas opciones para estar en contacto con miembros de la propia colectividad y a la vez diferenciarse de otras colectividades, cumpliendo así con las características de una cultura. Pero al ser esta oportunidad periódica y no constante, además de no ser un espacio propio, sino neutro para todas las culturas, el nivel de interacción que puede producirse está muy limitado. También existían algunos otros lugares que permitían la convivencia social de los darks, pero con el tiempo han ido desapareciendo de la ciudad y esto manifiesta una crisis de la fuerza social de este grupo. Así sucedió con “Les Fleurs du Mort”, un café en el centro de la ciudad que se proponía ofrecer la alternativa aglomerante de la cultura oscura.
Entre los miembros de la cultura oscura no se percibe una solidaridad suficiente como para mantenerlos con mucha fuerza a lo largo del tiempo, y esto puede ser explicado por los ideales de individualidad adoptados del romanticismo, además de la gran cantidad de subgrupos dentro de la cultura oscura.
Brevemente se mencionan las principales variaciones con sus características:
Góticos: Constituyen tal vez el más amplio sector de la cultura oscura, sus características generales son la elegancia y el gusto por las formas antiguas. Algunos hacen distinción entre los góticos y los dark, pero la mayoría de las veces esta diferencia es muy imperceptible.
Dark Wave: Bajo esta clasificación serán incluidos los dark. La principal diferencia estriba en que éstos tienen preferencia por la música oscura de los ochentas, y si acaso algo más parecidos a los Elder Goth.
Dark Fairy (hada oscura): Se desvían un poco de la melancolía característica de los góticos, adoptando creencias sobrenaturales y mágicas como las hadas.
Elder Goth: La ya mencionada vieja guardia gótica, algunos con más de 20 años en el movimiento.
Gothabilly: Se hace una mezcla musical y estilística de música gótica con el country, adoptando algunas prendas de cowboy.
Industriales: De aspecto rudo, con botas y elementos de metal, o con picos.
Medievales o renacentistas: Adquieren formas de vestir característicos de estas épocas.
Vampiros: Usan colmillos, garras de plata y ropas vampirescas, además que la mayoría de ellos ha llevado a cabo prácticas hematófagas ligadas al placer erótico, pero generalmente es en pequeñas cantidades y con amigos cercanos.
Posers: Sólo adoptan la estética dark exteriormente, como una moda. Son fuertemente criticados por otros grupos oscuros, ya que muchas veces sólo permanecen adheridos al movimiento por un corto tiempo para después separarse y decir que “superaron” esa etapa de sus vidas.
Satánicos: Generalmente, la sociedad por sus prejuicios acerca de la religión satánica que es comúnmente considerada como perversa, clasifica como dark a los satanistas. Es por ello que son incluidos aquí. Sin embargo los satanistas difieren radicalmente de la cultura oscura, pues su énfasis no gira en torno a la muerte, sino en torno a la vida. Los satanistas son seres profundamente respetuosos de la vida y de la individualidad de cada ser, pero su ética está profundamente basada en la venganza: sólo si se transgrede el espacio individual propio se tiene derecho, tras haber advertido al transgresor, de hacerlo sufrir despiadadamente. Los satanistas, al contrario de lo que se cree, no adoran a una criatura monstruosa antípoda de algún dios, sino que adoran al “yo” y por ello buscan satisfacer todos sus impulsos vitales, que en muchos casos son considerados como inmorales por la sociedad. El Satán que ellos adoran es su propio yo, no un espíritu en particular (Arturo González Aguilar, comunicación personal). Ya que se menciona el aspecto religioso, cabe señalar que también hay darks de muchas otras religiones o a-religiosos, como católicos, budistas, taoístas, naturalistas, animistas y wiccas.
Esta clasificación resulta imprecisa en la práctica, ya que debido al individualismo de los dark, en general muchos de ellos se clasifican dentro de un grupo diferente a los ya existentes, además que reclaman para sí mismos el honor de la originalidad, alegando que todos los demás son posers. El problema se acentúa por el hecho de que, como ya se dijo, cada persona se apropia de forma diferente de la cultura, dándole mayor o menor importancia a ciertos aspectos. Entre ellos mismos existe una división de opinión acerca de qué es lo más importante, si el fondo o la forma. Por ejemplo, Maya, una joven que también tiene un puesto en el Tianguis Cultural, cumple con todas las características exteriores para ser considerada como dark, pero no se considera a sí misma como tal. Lleva quince años vistiéndose con muchas de las características ya mencionadas de la mística oscura, pero no se considera como parte de ella. Según Maya, en entrevista privada, el movimiento oscuro no tiene fundamentos en este momento, y todos los que intentan desesperadamente por caracterizarse así lo hacen por moda o por rebelión, no por convicción. Pero, ¿no es este movimiento una rebelión? Por otra parte, que una persona guste y practique esta mística, esta forma de vida, ¿da a alguien el derecho para juzgar a otra que también quiere experimentarla? A semejanza de Maya, muchas otras personas que llevan una forma de vida muy parecida a la dark se molestan si alguien los clasifica como tales.
Por sobre todo esto, los miembros de la cultura oscura están concientes que su movimiento no cuenta con demasiada fuerza social, al menos no tanta como para expresarse abiertamente sin algún inconveniente. Además reconocen (o imaginan) que las nuevas generaciones o kindergoths no son profundamente oscuros, que no están completamente convencidos de esta forma de ser. Así, la cultura oscura en Guadalajara se presenta tambaleante, pero existe. A pesar de que los grupos de jóvenes que la integran no constituyen una unidad como fuerza social, es decir que cada grupo actúa por su conveniencia, existe algún vínculo que les permite continuar siendo así sin ser apabullados por completo. La cultura oscura existe en Guadalajara, pero no es una, y corre peligro, y a falta de más espacios para mantenerla y difundirla, el futuro de la cultura oscura se presenta incierto.


¿Cómo es juzgada la cultura oscura por la sociedad tapatía?
Es éste el punto central de la investigación. Para responderlo se entrevistó a profundidad a cuatro personas elegidas semi-aleatoriamente (entre personas presentes en el CUCEA y comerciantes de la colonia Santa Margarita). Se eligió el Centro Universitario CUCEA por su diversidad socioeconómica y cultural, para tener acceso a opiniones distintas acerca del problema, y a los comerciantes de la Colonia Santa Margarita para contar con un panorama más amplio. Dado que la participación era voluntaria, muchos comerciantes se negaron a acceder a una entrevista. Hubo mayor cooperación en el centro universitario. Hay que aclarar que dado que el investigador se considera miembro de la cultura oscura, fue necesario, para realizar el trabajo, eliminar cualquier posible intervención en la opinión de los entrevistados, comenzando por la indumentaria, que de haber sido la que utiliza con regularidad habría intimidado a los sujetos. Fue necesario exteriorizar el objeto de estudio.
Por la duración de las entrevistas se puede deducir que el tema de la cultura alterna entre los entrevistados no es de mucho interés, y mucho menos el de la cultura oscura, que en algunos casos encontró severas críticas. La principal estaba basada en el prejuicio de la irreligiosidad o una perversión espiritual enorme, según lo caracterizó la señora Patricia Pacheco, comerciante de Santa Margarita, quien aduce la existencia de la cultura oscura a Satanás, y toda su argumentación corre por la misma vía.
Los estudiantes se mostraron más bien comprensivos de un fenómeno social como la cultura oscura, externando comentarios de respeto la mayor parte del tiempo, aunque algunos comentarios parecían indicar que tenían, a pesar de todo, reservas hacia los miembros de la misma, por su actitud “agresiva”, por lo poco común de la ropa, etc.
En general, concordaron en cuanto a que el exterior no es la esencia de un miembro de la cultura oscura, dándole mayor relevancia a la ideología como definitoria de esta corriente social.
Sin embargo, la opinión está dividida en cuanto a las posibilidades de convivencia entre culturas: por una parte, hay quienes sostienen que es posible, e incluso enriquecedor, contar con estas expresiones alternativas. Por otra parte, se condena definitivamente todo lo relacionado con la cultura oscura desde un radicalismo religioso teñido de intolerancia. Pero hay que tomar en cuenta que Guadalajara es una ciudad donde la religión tiene capital importancia para definir la vida social. Y como ya se ha explicado, ni siquiera los satánicos son violentos por principio.
Tal vez la posición más rescatable, repetida afortunadamente en varias ocasiones por los entrevistados, sea el diálogo intercultural que sin duda enriquecerá ambas partes. Y a pesar de que actualmente el movimiento oscuro no está tan firmemente asentado como para salvarlo de turbulencias, su importancia se sigue incrementando, así que lo más prudente sería una actitud comprensiva por parte de la sociedad, pues como se dijo en principio, la cultura alterna no se opone a la cultura “principal”, sino que sirve como proceso de retroalimentación, de evaluación crítica, si se quiere. A pesar de su fragmentación, se trata de una realidad latente cuya magnitud se desconoce a ciencia cierta, y cuyos posibles alcances sería interesante evaluar.



Bibliografía:

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