Femme Criminelle
(2004, mayo 30)
Atraparon mi alma
tus rizados cabellos,
tus ojos avellana
con un par de destellos
me quitaron la calma.
Feminicida, ¿Qué
le hiciste a las mujeres?
Si para ti querías
mi corazón tener únicamente,
ya lo tenías.
Ya lo tienes.
Medusa renovada,
te creí inofensiva
pues pareces tan tímida
y te ves tan callada,
y conjuntas tal belleza
angelical
que nunca jamás pensé
por tu mirada fatal
quedar petrificado.
Hurtas, al observarte,
las palabras de mi boca
cuya fantasía loca,
icárea, comprenderás,
es besarte.
¿Qué más podrías quitarme?
Nada, te entrego todo
lo que soy, lo que tengo,
lo que pienso. Y por tus crímenes
debo condenarte
a ser amada eternamente
por este victimado tuyo
que soy yo.
No te asustes. Por decirte
lo que siento nada pido.
Ni siquiera ser correspondido.
Si me tiras muy profundo
en tu baúl perdido
no me importa.
Cuando algún día, casualmente
o por error abras la tapa
y me veas en el fondo, arrinconado,
esperaré que tal vez al mirarme te sonrías
y entonces...
mi vida algún sentido habrá encontrado.
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